La fe que produce alegría
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“El gozo es un fruto del Espíritu, alimentado por la fé.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Festividad de Nuestra Señora de Guadalupe
Diciembre 12, 2022
Oración para hoy:
Amado Señor: quiero entregarte mi “sí” incondicional y que puedas encontrar en mí, un campo fértil para sembrar y cosechar tus amorosos proyectos. Amén.
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Lecturas de hoy:
Zacarías 2, 14-17 o Ap 11, 19a; 12, 1-6a.10ab
Judit 13, 18-19 (con 15, 9d)
Lucas 1, 26-38 o Lucas 1, 39-48
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121222.cfm
La fe que produce alegría
En el Evangelio de hoy, vemos a Isabel y a su hijo en su vientre, Juan, alegremente reaccionando a la cercanía de Cristo, aún no nacido. Ya que Jesús aún no estaba salvando al mundo de manera visible, ¿cómo puede ser que sucediera esto?
Podemos asumir que Isabel seguía sintiéndose gozosa porque había quedado embarazada luego de muchos años de infertilidad y, aumentando su alegría, sabía que llevaba a un hijo que estaba destinado a ser muy especial para el reino de Dios. Y no tengo dudas de que también estaba contenta de ver a su encantadora pariente María.
Sin embargo, seguramente la alegría de Isabel fue puesta a prueba por las dificultades de estar embarazada en edad avanzada y también debido a los problemas cotidianos. ¿Cómo es que no se encontró con María llena de quejas por el peso extra que le estaba haciendo doler la espalda, o por el pecado de su esposo que lo había dejado mudo?
Las Escrituras no dicen que Isabel estaba llena de “gozo” sino que estaba llena del Espíritu Santo. Su alegría, la cual quedó en evidencia en el saludo que le dio a María, fue fruto del Espíritu, alimentada por su fe.
¿Cuánto gozo tienes tú? Si la respuesta es “no el suficiente”, ¿por qué no? Tú tienes la presencia del Espíritu de Dios dentro de ti. ¿Cuánta fe tienes realmente en el amor del Espíritu Santo?
Si tu fe no es lo suficientemente fuerte para permitirte sentir alegría en medio de las dificultades de la vida, esfuérzate para aumentar tu relación con esta importante Persona de la Trinidad. Medita acerca del hecho de que Dios te ama tanto que te dio su propio Espíritu.
El don de la alegría del Espíritu, no es un sentimiento como la felicidad, que depende de circunstancias exteriores. La experiencia de la alegría viene de una consciencia de que Dios te está cuidando a pesar de las circunstancias exteriores. Es la consciencia de la presencia interior del Espíritu y del amor y el poder que vienen con esta presencia.
Piensa en el bebé aún no nacido en el vientre de Isabel. Él era incapaz de entender nada de lo que ocurría fuera del vientre, sin embargo saltó de alegría. Él es un ejemplo del efecto que el Espíritu Santo puede tener en nosotros.
María, a quien recordamos hoy por su aparición en Guadalupe, encontró su alegría en Dios su salvador. Ella no dijo, “Mi espíritu encuentra alegría en mi hijo nonato”. Ni dijo, “Mi espíritu encuentra alegría en convertirse en la madre del Dios salvador”. Aún no entendía cómo Jesús se convertiría en el salvador.
La alegría de María vino del Espíritu Santo. Nosotros también podemos “cantar y regocijarnos” – expresar gozo una y otra vez como se nos dice en la lectura de Zacarías, porque el que es gozo ha venido a vivir en nosotros y “se mueve desde su santa morada” que somos nosotros.
Esta es una forma muy significativa de dar a luz a Jesús en el mundo de hoy. Cuando las personas a nuestro alrededor ven el gozo como fruto de la vida cristiana, son evangelizados. Decidámonos hoy a mantener nuestros ojos en Jesús, la fuente del gozo en los tiempos problemáticos, por nuestro bien y el de los demás.
Mira también nuestro PalabrasVivas sobre: “Cómo ser una Servidora del Señor, como María” en gnm-es.org/ministerio-de-los-laicos/ministerio-como-ser-servidora-del-senor/
© 2022 por Terry A. Modica
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