Sazona al mundo con tu fe
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Los no creyentes aprenden que el amor de Cristo es real cuando nos ven amándonos unos a otros.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
5to. Domingo del Tiempo Ordinario
Febrero 5, 2023
Oración para hoy:
Que todos tus hijos, Señor, seamos conscientes de tu luz presente en nuestro ser. Que unidos trabajemos para que ella transforme las tinieblas en nuestros los corazones. Amén.
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Lecturas de hoy:
Isaías 58, 7-10
Salmo 112 (111), 4-9
1 Corintios 2, 1-5
Mateo 5, 13-16
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/020523.cfm
Sazona al mundo con tu fe
Este domingo, Jesús nos dice: “Ustedes son la sal de la tierra.” ¿Qué significa que somos la sal? Piensa para qué sirve la sal: agrega sabor a los alimentos insípidos.
Jesús también plantea el punto que, si perdemos nuestro sabor, ¿cómo lo podemos recuperar? La respuesta es: sólo dejando que Dios nos renueve.
En tu bautismo se te dio el sabor – vivir con el amor de Dios, paz, gozo, etc. Los cristianos fructíferos son aquellos que evangelizan agregando el sazonador de la vida de Dios – el amor de Dios, la paz, el gozo, etc. – a las vidas de la personas que están a su alrededor.
¡Pero ten cuidado con intentarlo mucho! ¿Qué pasa cuando la comida se sala? Sabe horrible. No importa qué tan buenas sean tus intenciones, si lo fuerzas mucho, harás más daño que bien.
Es mucho más probable que las personas recurran a Jesús si experimentan, desde el principio, su amor por medio de nosotros, su paz en la forma en que los tratamos y su gozo en la manera en que vivimos nuestra vida. Ellos necesitan descubrir que Jesús los ama tal como son, que él es gentil pero sincero, cuando los invita a que crezcan espiritualmente y que los puede ayudar a transformar sus dificultades y problemas en bendiciones y alegrías.
Jesús también nos dice que seamos la luz que los demás no pueden dejar de notar – pero no una luz que ciega. Para aderezar la vida de los demás con la presencia de Jesús, tenemos que permitir que su luz brille en nosotros. Tenemos que estar tan iluminados por Cristo que los demás no puedan evitar notarlo.
Adicionalmente, Jesús dice que tenemos que ser una ciudad. No podemos evangelizar solos. Una “ciudad” es un grupo de cristianos: una parroquia, una familia, una organización eclesial. Ser cristiano es estar en comunidad. Cuando nuestra luz se une a la luz de otros, nuestro brillo colectivo es mucho más efectivo para revelar a Cristo al mundo. ¿Por qué? Porque los no creyentes aprenden que el amor de Cristo es real cuando nos ven viviendo con amor entre nosotros: incondicionalmente, generosamente, con corazón para servir (ver Hechos 2, 42-47).
Somos la luz de Cristo unos para otros. Somos el sabor de unos para otros. Sin el otro, nuestra luz se apaga, nuestro sabor se desvanece y nos volvemos inútiles para el reino de Dios.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿De qué manera te has sobrepasado con la sal en alguien, al intentar evangelizarlo insistente o frecuentemente? ¿Cuáles fueron los resultados? ¿Qué vas a hacer para rectificarlo? ¿Qué es lo que obstruye la luz de Cristo dentro de ti? ¿Qué es lo que necesitas cambiar dentro de ti para que las personas a tu alrededor lo puedan ver a él mejor?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
¿Qué claves nos ayudan a identificar a las personas cuyas vidas carecen del pleno sabor del amor de Jesús? ¿Cómo pueden ser sazonadas sus vidas con el amor de Jesús que está en ti? ¿Y en tu parroquia?
© 2023 por Terry A. Modica
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