Removiendo nuestra reticencia a servir
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Jesús no se da por vencido con nadie.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Jueves Santo
Misa Vespertina de la Cena del Señor
Abril 6, 2023
Oración para hoy:
Te alabo Señor Jesús, por tu amor tan grande puesto a nuestros pies para sanarnos, liberarnos y reconfortarnos. Ayúdame a imitarte, sirviendo así a mis hermanos y hermanas. Amén.
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Lecturas de hoy:
Éxodo 12, 1-8. 11-14
Salmo 115, 12-13. 15-18
1 Corintios 11, 23-26
Juan 13, 1-15
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040623-Supper.cfm
Removiendo nuestra reticencia a servir
Jesús no vino a este mundo a ser servido, aunque es Dios y seguramente lo merece. Vino a servir. Él vino a servirte a ti. Y a través tuyo, quiere servir a todos lo que tú conoces.
Después de invitarnos a sentarnos y disfrutar de ser servidos por nuestro Dios maravilloso, Jesús dice en el pasaje del Evangelio de hoy para la Misa Vespertina de la Cena del Señor: “Les he dado un ejemplo a seguir — porque lo que yo he hecho por ustedes, también lo deberían hacer ustedes.” Su ceremonia del lavado de pies es un modelo de servicio.
Su ejemplo es muy incómodo. Significa amar a los demás tanto que hacemos buenas obras por ellos, aún por las personas que nos desagradan, aquellos cuyos “pies” (conductas, acciones, la forma en que caminan por la vida) son desagradables.
Cuando servimos a aquellos que no nos han servido a nosotros de la manera en que deberían, nos unimos a Jesús convirtiéndonos en Eucaristía para ellos. ¿Qué significa “convertirse en Eucaristía”?
Primero, nos acercamos a Cristo en la Eucaristía, y sabiendo que somos responsables por nuestra propia conversión, le decimos: “No soy digno …”. Luego, después de recibirlo en la Eucaristía, regresamos a nuestros asientos unidos a él. Comunión significa “con unión”.
Unidos a Cristo, ahora somos tan Eucaristía como lo es él. Al final de la Misa, somos enviados a salir y ser Eucaristía — ser la presencia real de Cristo — en el mundo.
Años atrás, Dios trajo este tema a mi casa. En un encuentro de oración, sorpresivamente me encontré a mí misma lavando los pies de un sacerdote con el que tenía serias diferencias. ¡Sus pies para mí eran desagradables!
¿Qué logró el lavado de pies? Estableció una clara definición sobre la misericordia. Y en un nivel personal, me dio una oportunidad de practicarla como parte de un proceso de sanación. En su momento el obispo lo sacó del ministerio parroquial, pero la ceremonia del lavado de pies me sanó a mí de mi propia falta de disposición para amar incondicionalmente. Jesús lavó mis pies junto con mi corazón. Y gané una mayor comprensión del amor que Jesús tiene por mí cada vez que lava mis pies desagradables (mis pecados).
No obstante, recuerda que Jesús nunca se da por vencido con nadie. Años más tarde, lavó los pies de este sacerdote con el don de la misericordia a través de un tiempo redentor en un purgatorio terrenal, que tomó la forma de una enfermedad muy dolorosa que comenzó en sus pies y se extendió. Al soportar el dolor que la medicación no pudo eliminar totalmente, humildemente le permitió a la enfermedad que le purgara de su orgullo y sus adicciones. En esto, experimentó a Jesús abrazándolo con amor pasional antes de morir.
© 2023 por Terry A. Modica
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