Levantando los velos que nos ciegan

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“Si identificamos los velos o anteojeras que usamos, podremos liberarnos de ellas porque el Espíritu Santo nos enseña lo que necesitamos saber.”

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves de la 10ma. Semana del Tiempo Ordinario
Junio 15, 2023

Oración para hoy:

Señor: que en mi corazón siempre broten las buenas intenciones, antes que los malos pensamientos. Que tu fortaleza en mí, me lleve a realizar todo por y con amor. Amén.

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Lecturas de hoy:

2 Corintios 3, 15 — 4, 1.3-6
Salmo 85 (84), 9-14
Mateo 5, 20-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/061523.cfm

¿Está tu confianza en Dios vacilando de alguna manera? ¿Por alguna razón? ¿Sobre alguna oración sin respuesta? No es porque quieras dudar de Dios. Hay algo en el camino, un velo (como San Pablo lo llama en la primera lectura de hoy). Si este velo fuera levantado, dirías: “¡AJA! ¡Por supuesto (*golpeándote la frente*) puedo tener plena confianza en que Dios está trabajando un plan, un buen plan!”

Si identificamos los velos o las anteojeras que llevamos, podemos liberarnos de ellos, porque el Espíritu Santo nos enseña lo que necesitamos saber. Algunos velos requieren tiempo para ser despejados – es un proceso que puede requerir sanación interior, asesoramiento, charla con un director espiritual, o espera para revelar más detalles. Pero algunos velos se eliminan tan pronto como decidimos dejar de limitarnos a nuestro propio entendimiento y empezar a confiar en el Espíritu Santo.

Cuando era joven, pasé siete años creyendo en las mentiras del ocultismo. Había estado buscando la realidad sobrenatural de Dios y pensé que la había encontrado en los fenómenos psíquicos, pero esto me alejó cada vez más de Dios hasta que perdí completamente el interés por ser cristiana. Después que Jesús levantó mis velos, el Espíritu Santo me enseñó verdades que antes no había querido creer.

Otro velo es el temor. El TEMOR es “Tu Enemigo Miente Ocultándote la Realidad”. Pregúntate: “¿Qué mensaje me está dando el miedo?” Luego pregunta: “¿Y cuál es la verdad que el Espíritu Santo me está diciendo?” Esto generalmente levanta el velo inmediatamente.

La ira es otro velo. Por lo general comienza con una herida que alguien nos ha infligido; se levanta cuando elegimos perdonar, sea que la persona que pecó contra nosotros muestre remordimiento o no. Mientras estamos enojados, perdemos de vista la bondad – el Jesús – que mora dentro de esa persona. Jesús describe las consecuencias eternas de esto en el pasaje del Evangelio de hoy. Si morimos con relaciones no reconciliadas, tendremos que ser purificados por nuestras faltas de perdón antes que podamos experimentar la plenitud del amor de Dios en el cielo, es decir, pasaremos por el purgatorio hasta que hayamos “pagado el último centavo”.

La rebeldía y el insistir en hacer las cosas a mi manera son velos que interfieren en “ser transformados de gloria en gloria en la imagen de Cristo”. Escoger qué enseñanzas de la Iglesia vivir y cuáles rechazar es un velo semejante.

Otro velo es el egoísmo, que nos impide experimentar la gloria de ser las manos y los pies de Cristo en este mundo al amar y servir a los demás. Y las adicciones ponen un velo a las razones que necesitamos para ser sanados. Las co-dependencias no nos dejan ver la dependencia inimaginablemente maravillosa e íntima de Jesús. El materialismo no nos deja ver la paz de la vida sencilla. La ansiedad y la preocupación no nos dejan descubrir cuánto le importamos a Dios realmente.

Y así seguimos. ¿Qué velos llevas puestos hoy?

Medita más en este tema, usando nuestro Podcast: “No Temas” en https://buenasnuevascatolicas.org/camino18.

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