Dios quiere misericordia, no sacrificios legalistas

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica


“La misericordia es una respuesta dinámica para los desafíos de un mundo cambiante. Si queremos imitar a Cristo, debemos ser cristianos dinámicos.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Viernes de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 21, 2023

Oración para hoy:

Señor, que el amor sea el motor de mi vida en la fe. Haz que nunca pierda de vista la esencia de todo mandamiento. Haz que siempre tenga presente, que la vida del hombre que tanto amas, vale más que todo precepto humano. Amén.

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Lecturas de hoy:

Éxodo 11, 10 — 12, 14
Salmo 115, 12-13.15-18
Mateo 12, 1-8
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072123.cfm

Dios quiere misericordia, no sacrificios legalistas

Mientras el Papa Emérito Benedicto XVI era el Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, un periodista le preguntó (el 30 de noviembre de 2002) sobre mantener la fidelidad a las antiguas enseñanzas de la Iglesia y, a la vez, estar abiertos al Espíritu Santo para nuevas interpretaciones. “¿Cómo es posible no caer en los extremos de la rigidez o la ruptura?” preguntó.

El Papa Emérito Benedicto XVI respondió que aunque “fidelidad y apertura parecen excluirse uno al otro,” no lo hacen. Explicó que la auténtica fidelidad a la Iglesia “es una fidelidad dinámica. … [y] participa del dinamismo de la persona de Cristo, que puede abrirse a los diferentes desafíos de la realidad, de los demás, del mundo, etc.”

Este dinamismo–la capacidad de adaptarse a los retos de la vida en vez de permanecer estático – es lo que sacudió al pequeño mundo seguro de los fariseos cuando Jesús reemplazó el legalismo por amor. En la lectura del Evangelio de hoy, no atacaron a Jesús simplemente para hacerle pasar un mal momento. Verdaderamente creían que para estar bien con Dios, uno debe obedecer todas las leyes y reglas, literal y exactamente. También insistían en que las leyes y las reglas debían ser obedecidas de la misma manera; las normas que trataban sobre los rituales se cumplían de manera tan rígida como las leyes que se ocupaban de lo moral. Entonces cuando Jesús rompió algunas de las leyes rituales, no podían imaginar cómo podía ser un hombre santo, y mucho menos el Mesías tan esperado.

Para explicar su posición, Jesús dijo: “Es misericordia lo que desea Dios, no sacrificios.” Es un sacrificio obedecer una ley que es desagradable. ¡Esto es virtuoso! Sin embargo, obligar a los discípulos a que pasen hambre a causa de un exceso ritualista en la definición de “trabajo”, habría sido falto de misericordia. Jesús respondió dinámicamente a las necesidades de los discípulos, basándose en el verdadero propósito detrás del mandamiento de descansar el sábado. ¿Cuál era el verdadero propósito? ¡Amor! ¡El amor de Dios por nosotros! Él sabe que necesitamos descansar y que sin hacerlo mandamiento, aquellos de nosotros que trabajamos duro no tendríamos descanso.

Un sacrificio que no es amoroso, no es lo que Dios quiere. Permanecer legalmente estáticos cuando una situación requiere un examen más profundo y una consideración misericordiosa, proviene del temor de creer que cualquier desobediencia constituye una violación de la voluntad de Dios y por lo tanto merece castigo. Olvidamos mirar el propósito amoroso de la ley.

La base y la razón original para cada mandamiento de Dios y cada regla dictada por la Iglesia Católica, es el amor. Sin embargo, esto puede ser difícil de ver cuando nos estamos confiando en que solamente la obediencia nos hará lo suficientemente “buenos” para el cielo, cosa que nunca va a pasar. Gracias a Dios que Jesús es nuestro Salvador, no la ley.

Jesús es Señor del sábado; su amor tiene autoridad sobre el sábado. Su amor es la autoridad sobre nuestras leyes, reglas y normas religiosas. Cuando no transmiten el amor de Jesús u obran contra la salvación eterna de una persona, tenemos que redescubrir su verdadera intención y determinar cómo aplicarlas a la situación actual. Así es cómo seguimos siendo fieles a las enseñanzas de la Iglesia sin ser despiadados.

Puesto que la verdadera intención de las leyes, reglas y normas religiosas es acercarnos al amor de Dios, es importante investigar lo que la doctrina de la Iglesia dice sobre ello. Entonces, si somos suficientemente humildes para ser cristianos dinámicos, nos daremos cuenta por qué es bueno obedecerla y cambiará nuestra actitud sobre el tema. Esto es especialmente cierto con las leyes morales, que son inmutables.

Y cuando otros son lentos para entender la verdad de las enseñanzas de la Iglesia, tenemos que ser pacientes con ellos de manera misericordiosa. Nunca cambiaremos la mente de nadie si no explicamos la verdad con compasión amorosa — y a menudo el proceso lleva mucho tiempo.

La misericordia es una respuesta dinámica a los desafíos de un mundo cambiante. Si queremos imitar a Cristo, tenemos que ser cristianos dinámicos.

© 2023 por Terry A. Modica

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