Fe y rectitud

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica


“Somos un pueblo santo, trabajando diligentemente para parecernos más y más a Jesús cada día.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Lunes de la 29na. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Juan de Capistrano, Presbítero
Octubre 23, 2023

Oración para hoy:

Señor mío: dame una clara conciencia de ser un administrador de los bienes que me has confiado. Que esta tarea esté colmada de generosidad y espíritu de servicio en tu divino nombre. Amén.

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Lecturas de hoy:

Romanos 4, 20-25
Lucas 1, 69-75 (con 68)
Lucas 12, 13-21
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102323.cfm

Fe y rectitud

Un capítulo posterior de la carta de San Pablo a los Romanos, dice que todas las cosas (incluso las malas, incluso las terroríficas, incluso lo que parece destructivo) pueden ser para el bien de los que aman al Señor (c. 8, 28). ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo sucede? La respuesta se encuentra en nuestra primera lectura de hoy.

Como la fe de Abrahám, nuestra fe en Dios nos es tenida en cuenta para nuestra justificación. A diferencia de Abrahám, que fue modelo de fe sobresaliente, tú y yo no estamos totalmente convencidos de que Dios hará todo lo que ha prometido. Si así fuera, nunca nos desesperaríamos, temeríamos, o perderíamos la esperanza. Pero la buena noticia es esta: Jesús fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado por el Padre para nuestra justificación. En otras palabras, Jesús pagó el precio de nuestros pecados. Se ha hecho justicia y, si tenemos fe en los dones de su sacrificio, somos capacitados para vivir correctamente — somos un pueblo santo, trabajando diligentemente, para ser cada día más y más como Jesús.

Nuestra justificación solamente puede ser bien comprendida en el contexto del plan de salvación de Dios.

Teniendo fe en la capacidad de Cristo y en su deseo de cargar sobre sí mismo la destrucción que habíamos causado con nuestros pecados, y teniendo fe en el poder de Dios Padre para resucitar a Jesús de la muerte para nuestra redención, recibimos la redención de nuestras almas (dándonos vida eterna en el cielo) y de nuestras circunstancias diarias (transformando las tentaciones en victorias y las malas situaciones en bendiciones).

Por la misericordia de Dios, lo que era malo está redimido. Nuestros pecados, cuando nos arrepentimos, nos llevan hacia la redención de Cristo. Nuestra necesidad de perdón se transforma en nuestro camino de santidad.

Lo mismo es cierto para cada cosa mala. Permitiendo a Cristo que sea el Redentor de todo lo que no es celestial en nuestras vidas, las tragedias se convierten en oportunidades para grandes triunfos, ya que nos fortalecen en la compasión, la resistencia y otros frutos de la vida santa.

Las enfermedades y las dificultades se tornan en purificadores que nos limpian de nuestros egoísmos, incrementan nuestra compasión y nos enseñan a ofrecer nuestros sufrimientos a Cristo por el bien de la redención de otros.

Las relaciones difíciles, se convierten en lecciones para aprender cómo amar a todos incondicionalmente.

Los sufrimientos, se tornan ministerios que llegan a otros, permitiéndonos hacer una diferencia tal que sería imposible de otra forma.

Porque ponemos nuestra fe en Jesús como Redentor, somos justos. Cuanto más confiamos en esta verdad, más capacitados somos por la fe para vivir en justicia.

© 2023 por Terry A. Modica

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