La paz de Cristo, el fuego del Espíritu
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“La oración más importante es pedir por la paz interior que sólo Cristo puede dar.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Jueves de la 29na. Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 26, 2023
Oración para hoy:
Señor Jesús: hoy decido darle permiso a tu Espíritu para que haga la obra que quiere hacer en mí. En tu Nombre glorioso, dejo a los pies de tu Cruz, toda forma de resistencia consciente o inconsciente. Gracias por tomar mi vida en tus manos. Amén.
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Lecturas de hoy:
Romanos 6, 19-23
Salmo 1, 1-4.6 (con 40, 5)
Lucas 12, 49-53
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102623.cfm
La paz de Cristo, el fuego del Espíritu
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús dice que no ha venido a traer paz a la tierra. Y, sin embargo, en otro lado de las Escrituras (¡en muchas otras partes!) dice: “Mi paz les doy.” ¿Es eso una contradicción?
Considera a quién le estaba hablando Jesús y qué clase de paz esperaban ellos. Ellos esperaban una paz política, pero Jesús vino a traernos la paz a nuestras almas, que sólo se logra a través de la conversión y dejando que Dios se haga cargo de nuestras vidas, cada momento de cada día.
Las personas buscaban un Mesías que traería la paz a Israel al derrotar a los romanos. En cambio, vino un Mesías que separó a aquellos que aprendieron lo que era la verdadera paz interior, de los que buscaban la paz mundana.
En la Misa y en nuestras oraciones privadas, a menudo oramos por la paz mundial y para que nuestros soldados regresen a casa. Pero nunca ha habido un tiempo en que todas las guerras hayan cesado y no haya habido ningún peligro — no antes de la Segunda Venida de Cristo. Es justo rezar por el fin de la guerra, y los Papas nos han pedido rezar el Rosario por este mismo propósito.
Sin embargo, la oración más importante es pedir por la paz interior que sólo Cristo puede darnos. La guerra contra los terroristas y las guerras entre naciones sólo terminarán si ambas partes descubren la paz de Cristo. Esta es la nueva evangelización que San Juan Pablo II ha pedido en repetidas ocasiones. La evangelización es nuestra mejor arma. Y, sin embargo, ¡la mayoría de los católicos todavía no se ven a sí mismos como evangelizadores! ¡Muchas parroquias ni siquiera tienen programas de evangelización!
Jesús vino a encender un fuego sobre la tierra. La evangelización propaga ese fuego. La llama que él anhelaba tanto era el fuego del Espíritu Santo, que hace posible la santidad en todos los que lo reciben y da la paz a todos los que confían en él.
Jesús le dio su Espíritu Santo al mundo después de su bautismo de muerte y resurrección. Fue en ese momento que comenzó el Reino de la Paz. Desde entonces, todo aquel que quiera la paz verdadera puede tenerla, ya sea que el mundo esté en guerra o no, estemos peleando batallas personales o no.
¿Te sientes un apasionado por la paz? El fuego que arde dentro de nosotros, animándonos a difundir la paz de Cristo, es la presencia del Espíritu Santo. El propósito de esta pasión es cambiar el mundo que nos rodea comunicando la paz de Cristo a aquellos que están listos para recibirla.
La angustia de Jesús es la misma angustia que sentimos cuando vemos la necesidad del Espíritu Santo para erradicar el mal de una persona o una situación. Jesús tuvo que poner todo su corazón, alma y cuerpo en la misión. ¿Qué quiere Dios que hagas para que el fuego sagrado de su Espíritu pueda descender sobre tu mundo y eclipsar el mal que has estado anhelando detener?
Reflexiona más sobre este tema, utilizando nuestro audio: “Cómo Escuchar al Espíritu Santo” en https://buenasnuevascatolicas.org/camino31.
© 2023 por Terry A. Modica
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