Viviendo en el aquí y ahora

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica


“Estamos llamados por Dios a ser héroes reales — Jesús en carne y hueso ahora, hoy.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Martes de la 34ta. Semana del Tiempo Ordinario
Noviembre 28, 2023

Oración para hoy:

Gracias Señor, porque Tú me regalaste Tu Santo Espíritu. Dame en Él, la gracia de discernir los signos que me das a lo largo del camino. Amén.

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Lecturas de hoy:

Daniel 2, 31-45
Daniel 3, 57-61
Lucas 21, 5-11
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112823.cfm

Viviendo en el aquí y ahora

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En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús y sus discípulos hablan sobre el Día del Juicio Final. Para el mundo este día será como el desastre final. Pero si nos rehusamos a pertenecer al mundo, porque pertenecemos al reino de Dios, para nosotros el Día del Juicio significará escuchar a Dios decir: “¡Bien hecho, siervo fiel y bueno! ¡Ahora estás completamente libre del mal!”

Pertenecer al reino de Dios es contracultural — y se ha vuelto aún más evidente en el mundo de hoy. Para escapar del Juicio Final debemos creer en Jesús y en lo que nos enseñó, pero también debemos seguirlo y hacer lo que él enseñó. Esto requiere desprendernos de cada comportamiento mundano que no se asemeja a Cristo. El relativismo moral es un ejemplo. Cristo enseñó la moral absoluta, pero el mundo quiere que aceptemos la idea de que todos pueden, de manera segura, decidir por sí mismos lo que es pecado y lo que no.

El fin del mundo nos fascina. Las películas de Hollywood acerca de este tema son un éxito y las novelas cristianas venden bien. Las predicciones de Nostradamus son más populares que nunca y los psíquicos que hablan de ello atraen muchos seguidores. Desastres naturales son declarados castigos para pecadores, por cristianos que están buscando signos de que Jesús está viniendo a rescatarnos de estos pecadores.

¿Por qué hay tanta fascinación con el fin del mundo? Es porque queremos que Jesús (si no extraterrestres y superhéroes) que nos rescaten del mal. Sin embargo, somos llamados por Dios a ser héroes reales — Jesús en carne y hueso ahora mismo, hoy, cristianos audaces y valientes que se interesan más en diferenciarse del mundo que en ver el fin del mundo, ya que así es como podemos ponerle fin al mal hoy.

Nos debería interesar más lo que podemos hacer por Cristo en el presente que lo que él puede hacer por nosotros en el futuro.

En vez de decirle a los demás que serán castigados en la condena inminente, deberíamos esparcir tanto el amor de Cristo aquí y ahora hasta lograr construir sólidas bases para un futuro mejor.

Cuando los discípulos pidieron pistas acerca del momento del desastre que Jesús describió, él les advirtió que tuvieran cuidado de caer presos de engaños. Él sabía que enfocarnos en el futuro podría fácilmente causar malas interpretaciones y predicciones erróneas.

Jesús no estaba actuando como adivino cuando nos advirtió que el templo sagrado sería destruido. Se refería al aquí y ahora de su interacción con los discípulos: el Mesías había llegado y, por ende, el templo de piedra ya no era necesario.

Sus palabras también aplican a nuestro aquí y ahora: nuestros cuerpos, los cuales son templos del Espíritu Santo, se morirán y deteriorarán, pero nuestro Mesías ha venido. Viviendo en él y mediante Él hoy asegurará nuestro futuro en el reino de Dios, aunque la segunda venida de Cristo no ocurra en nuestras vidas.

Mientras tanto, cuando nuestras vidas estén plagadas de privaciones, o cuando la hambruna nos reclame lo que nos falta, o cuando los terremotos del tipo de perder un trabajo o la muerte de un ser amado sacuda nuestro mundo, nos consuela el recuerdo de que esto es normal para el mundo y que no pertenecemos a este mundo. Actuamos para lograr que el mundo sea un lugar mejor, pero no vivimos con miedo ni esperamos que Jesús haga el trabajo sin nosotros.

Aun cuando parezca que nuestros problemas traerán un fin permanente a lo que había sido bueno para nosotros, los temibles presagios no deberían desanimarnos. ¡Nuestro Mesías nos acompaña! Mantén tus ojos en Jesús, aquí y ahora.

© 2023 por Terry A. Modica

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