Siete pasos para vivir en la Gloria de Dios

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

7 Pasos para Vivir en la Gloria de Dios


Nuestra paz interior y nuestra perseverancia dependen de nuestra relación con Dios.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Fiesta de San Esteban
Diciembre 26, 2023

Oración para hoy:

Amado Padre, gracias por las oportunidades que me das para ser tu testigo entre mis hermanos. Fortaléceme para que siempre haga tu voluntad. Amén.

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Lecturas de hoy:

Hechos 6, 8-10; 7, 54-59
Salmo 31 (30), 3cd-4.6.8ab.16bc.17
Mateo 10, 17-22
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122623.cfm

Siete pasos para vivir en la Gloria de Dios

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Mientras reflexionamos en el sacrificio que, de buen grado hizo san Esteban en la primera lectura de hoy, piensa en las formas con las cuales tú te sientes martirizado. ¿Qué clase de piedras te arrojan?

Muchos santos sintieron alegría mientras eran martirizados. ¿Cómo puede ser esto posible? Bueno, podemos ver que Esteban tuvo una visión de Jesús durante su dolorosa prueba. Fue un momento sobrenatural con alegría de otro mundo. Cuando somos atacados a causa de nuestra fe, nosotros también experimentamos lo sobrenatural.

Martirio es cualquier sacrificio que hacemos motivados por llevar a Cristo al mundo. Aquí están los siete pasos para ver la gloria de Dios durante tus sacrificios:

Paso 1: Identifica la causa de tu frustración. Probablemente sea por desear que los demás cambien y esto no está sucediendo rápidamente. ¿Por qué queremos que otros mejoren? Francamente, es para que nuestras vidas también mejoren. Y deseamos que sus vidas mejoren para su propio beneficio, pero es importante reconocer y aceptar que nuestras frustraciones se originan al no obtener lo que deseamos para nosotros. No hay nada de malo con esto, a menos de que limitemos nuestro amor hacia ellos, a causa de lo mal que ellos nos tratan.

Paso 2: Reconoce tus pecados. Es pecaminoso creer que nuestro dolor desaparecerá cuando aquellos que nos lastiman finalmente nos traten como se debe y se arrepientan de verdad. Esta creencia aparta tus ojos de Jesús (impidiéndonos de ver la gloria de Dios) y no deja espacio para que Jesús nos sane con sus propios métodos. Es más, nos hace vulnerables a la tentación de actuar sin amor: el amor es paciente, olvida y no exige que se siga su camino.

Paso 3: Arrepiéntete y cambia. Elige aceptar a los demás tal como son, a pesar de que no te gusta lo que hacen. ¿Qué pasa si nunca mejoran? ¿Qué pasa si por su falta de mejoría o por su lentitud para crecer, es causa de más problemas? Aún podemos ver la gloria de Dios, que depende de Jesús, no de lo que los demás hacen. Sin embargo, es muy difícil resistirse a la tentación de la desesperación. Pide al Espíritu Santo que te ayude. Como san Esteban, te puedes sentir lleno de vida en el Espíritu de Cristo, lo cual es necesario para ver la gloria de Dios.

Paso 4: Identifica cual es la raíz de tu deseo, para que la otra persona cambie. Usualmente, tenemos miedo de que nos lastimen de nuevo. Pero el Espíritu Santo nos da valor para amar a los demás, a pesar de las piedras.

Paso 5: Descubre el verdadero origen de la gloria de Dios. No depende de los demás, ni de lo bien que ellos nos traten. Nuestra tranquilidad y perseverancia depende de nuestra relación con Dios.

Paso 6: Descarta todas las ilusiones acerca de la necesidad de cambio en los demás. ¡Repito, tu tranquilidad no depende de los demás! Tampoco depende de las circunstancias. La tranquilidad se origina cuando nos damos cuenta de que la presencia sanadora y amorosa de Jesús, ya está en nosotros.

Paso 7: Sigue a Jesús en todo el camino a la cruz, que es el único camino a la resurrección y gloria de Dios. Las personas que tratan de crucificarte te están clavando a su sistema de erróneas creencias y a su pecaminosidad. Jesús nos muestra con su ejemplo, que ir a la cruz por ellos es redentor. Los demás probablemente no cambien, pero tú si lo harás. ¡Te vas a parecer más a Jesús!

© 2023 por Terry A. Modica

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