¿Puedes sentir el toque de Dios?
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
No pierdas las oportunidades inesperadas para experimentar a Dios. Ábrete a todo lo que Dios tenga en mente.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 2da. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Antonio, abad
Enero 17, 2024
Oración para hoy:
Gracias Señor, porque nada ni nadie puede alejar a Tu amor que me busca, me sana, me libera, me consuela y santifica. Amén.
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Lecturas de hoy:
1 Samuel 17, 32-33.37.40-51
Salmo 143, 1-2.9-10
Marcos 3, 1-6
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011724.cfm
¿Puedes sentir el toque de Dios?
¿Conoces del toque de Dios? En la historia del Evangelio de hoy, los fariseos perdieron la oportunidad de experimentar a Dios, porque estaban enfocados en sus propios criterios. Mientras tanto, el hombre con la mano tullida estaba abierto a lo que Dios tuviera en mente.
Generalmente, el toque de Dios viene de manera inesperada, en momentos inesperados. No obstante podemos perderlo si estamos distraídos por nuestras propias ideas de cómo debería responder a nuestras oraciones. Si tenemos una visión cerrada, buscando únicamente lo que nosotros pensamos que nos debería suceder, vemos sólo paredes oscuras en lugar de la luz que está sin duda el final del túnel.
Cuando mi hijo era bebé, no quería perderse de nada. Entonces, ¿por qué no notaba el cereal del desayuno que estaba pegado a su cara? Cuando bebía, no se quedaba con un bigote de leche; se quedaba con la cara de payaso. ¿Por qué no se limpiaba con su manga como todos los otros niños?
Como en el caso anterior, todos estamos desatentos algunas veces. Sospecho que el problema de mi hijo era debido a la forma en que su mente trabajaba. La comida en su cara era menos importante para él que los acontecimientos de la vida a su alrededor. No podía sentir la leche en su boca, porque estaba preocupado con sus reacciones a la vida.
Todos debemos estar conscientes de los acontecimientos y personas que nos rodean pero, al mismo tiempo, debemos mantener nuestro enfoque en Jesús y ver todo y a todos a través de sus ojos. Debemos estar siempre dialogando con el Espíritu Santo, escuchando la interpretación sagrada de todo. Debemos ser cuidadosos de no ser distraídos por nuestra propia voz interior, nuestras propias expectativas y nuestros deseos, a menos que hayan sido purificados, inspirados y confirmados por Dios.
Dios nos toca cada día de maneras grandes y pequeñas. Nos da abrazos y palmaditas de felicitación en la espalda. Nos consuela cuando nos sentimos deprimidos. Él nos levanta cuando tropezamos. Sostiene nuestras manos cuando paseamos por la calle admirando las nubes, los árboles y las flores. Y cuando nos lastiman, limpia nuestras lágrimas y besa nuestros dolores.
Pero, ¿lo notamos? Tal vez no creemos que Dios se preocupe mucho de nosotros. Tal vez tenemos que recordarnos a nosotros mismos, que Dios demostró cuánto se preocupa cuando Jesús se sacrificó en la cruz. Pero ese es sólo un punto de partida. Lo demuestra una y otra vez, cada momento, todo el tiempo.
Mi pequeño hijo diría a menudo: “¡Los milagros suceden todos los días!” Extiende tu mano y observa lo que Jesús está haciendo por ti. No te pierdas oportunidades inesperadas para experimentar a Dios. Quédate abierto a lo que Dios tiene en mente. Ora así: “Señor Jesús, ¡ayúdame a recibir todo lo que tú quieres darme hoy, amén!”
© 2024 por Terry A. Modica
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