La santidad no es sólo para Santos canonizados
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“¡Dios incrementará nuestra santidad cada vez que admitamos que hemos pecado y que confiemos en el poder de sus Santos Sacramentos!”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 2da. Semana de Cuaresma
Febrero 27, 2024
Oración para hoy:
Señor mío: no permitas que mis obras sean diferentes a los frutos del amor que Tú me entregas. Que la humildad esté siempre presente en mi corazón. Amén.
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Lecturas de hoy:
Isaías 1, 10.16-20
Salmo 49, 8-9.16-17.21.23
Mateo 23, 1-12
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/022724.cfm
La santidad no es sólo para Santos canonizados
¿Eres Santo? No te sonrojes y te atragantes diciendo, “¡Nooo, no soy santo!” Bueno, ¿no crees (así como lo profesamos en el Credo) en la Santa Iglesia Católica? ¿No eres parte de esta Iglesia? ¿No recibiste al Espíritu Santo en el bautismo?
Somos santos. Hemos sido santificados en nuestro bautismo. Sin embargo, no estamos convencidos de que sea bueno ser santos, y por eso hacemos cosas que no van con nuestra naturaleza bautismal. Toma toda una vida aprender cómo aplicar nuestra naturaleza santa a todas las situaciones diarias que nos tientan a no ser santos. Debemos trabajar duro para motivarnos a nosotros mismos para actuar conforme la santidad que está en nosotros.
Para resistir al pecado, tenemos que aprender a controlar nuestros pensamientos, alimentar nuestra alma y disciplinar nuestra naturaleza carnal, para que nos fortalezcamos contra lo que nos hace vulnerables al pecado.
Nuestras mentes se desvían hacia el mal con menos frecuencia cuando pasamos más tiempo orando y meditando en la Palabra de Dios, el Amor de Dios, la voluntad de Dios y todo lo que es Divino. Las pasiones espirituales de nuestras almas se vuelven menos egoístas cuando nos preocupamos por los demás. Aprendemos a superar nuestros apetitos irregulares (los pecaminosos deseos de la carne) cuando disciplinamos nuestros cuerpos por medio del ayuno, abstinencia y penitencia.
En la primera lectura de hoy, Dios nos suplica: “¡Lávense y purifíquense! Aparten de mi vista sus malas acciones; dejen de hacer el mal; aprendan a hacer el bien.” Nosotros queremos vivir de esta manera, pero seguramente no es fácil. Necesitamos ayuda sobrenatural. Necesitamos gracias especiales. ¡Alaben al Señor, esto es exactamente lo que ofrece el Sacramento de la Reconciliación! Porque es un Sacramento, es un encuentro con lo sobrenatural.
Dios nos quiere facilitar el alejar las malas acciones y que usemos el don de santidad que nos ha dado. Y él nunca pide imposibles. Él es el único que hace posible la vida en santidad. Nos corresponde a nosotros aprovechar esta ayuda.
“Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor: Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve….”
Y Jesús nos dice en la lectura del Evangelio de hoy, “El que se humilla será exaltado.” La palabra “exaltar” significa “realzar la actividad de” o “intensificar”. ¡Dios va realzar e intensificar nuestra santidad cuando admitamos que hemos pecado y nos apoyemos en el poder de sus santos sacramentos!
© 2024 por Terry A. Modica
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