¿Cuánta misericordia deseas?
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Dar perdón es necesario para recibir perdón.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 3ra. Semana de Cuaresma
Marzo 5, 2024
Oración para hoy:
Amado Señor: que tu Espíritu de amor me recuerde mi debilidad y el amor hallado en ti. Quiero mirar a quien me daña con misericordia, y estar siempre dispuesto a perdonar. Amén.
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Lecturas de hoy:
Daniel 3, 25.34-43
Salmo 24, 4-9
Mateo 18, 21-35
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030524.cfm
¿Cuánta misericordia deseas?
Perdonar es necesario para recibir perdón, dice Jesús en el Evangelio de hoy. Debemos mirar con sinceridad todas las áreas que aún existen dentro de nosotros donde falta el perdón y dejarlas ir para que podamos transitar, más plenamente, hacia la misericordia de Dios.
¿Crees que Dios no puede o no quiere perdonar un pecado en particular que hayas cometido? ¿Confiesas repetidamente un pecado del pasado en el Sacramento de la Reconciliación, aunque no hayas repetido el pecado? Si es así, estás guardando rencor contra de ti mismo y te estás cerrando a la misericordia que Dios ya te está dando.
¿Te odias por tus pecados y tus fracasos? ¿Estás celoso de aquellos que parecen más santos o mejores que tú? Entonces, no estás siendo misericordioso contigo mismo y la misericordia de Dios no te puede tocar, aunque la desees.
¿Crees que Dios no está perdonando los pecados de aquellos que te han lastimado? ¿Eres rápido para quejarte de los demás? ¿Está interfiriendo tu ira con una vida alegre y santa? Entonces estás guardando rencores. El enojo justo, es aquel que nos llama a hacer algo acerca del daño y las injusticias causadas por el pecado, mientras esperamos el arrepentimiento del pecador; en cambio, la ira, que es pecado, no nos lleva a mejorar nada y espera la muerte del pecador.
El perdón no significa aceptar el pecado, ni significa permitir que continúe el pecado. Elegir perdonar (es una decisión, no un sentimiento) es un destape espiritual de nuestros corazones para que la falta de perdón no siga bloqueando el amor que Dios está intentando derramar en nosotros. O nos llenamos de rencores y miedos o nos abrimos a dar y recibir amor.
Dar amor a aquellos que no nos están amando, nos libera para recibir el amor perfecto de Dios, el cual es infinitamente mayor.
San Pedro Crisólogo dijo: “Si quieres recibir, da. Si pides para ti mismo lo que le niegas a los demás, tu pedido es una burla. No se te permitirá quedarte con lo que le has negado a los demás”.
Si queremos la misericordia de Dios luego de pecar, debemos ser misericordiosos cuando alguien peca en nuestra contra. Si nos rehusamos a ser misericordiosos con los demás si nos quejamos en vez de acercarnos con amor, si buscamos vengarnos en vez de ofrecer ayuda — no estamos abiertos a la misericordia de Dios.
Dios nunca nos niega su amor, él se preocupa todo el tiempo, ¡sin importar lo que sea! Pero para que nosotros podamos recibir misericordia, debemos ser un envase con una apertura de cada lado — la misericordia de Dios fluye hacia nuestro interior para que su misericordia pueda fluir desde nosotros hacia los demás y, al mismo tiempo, nos llenamos de más misericordia.
El Papa San Juan Pablo II ofreció esta oración por ti durante su papado: “Que los seguidores de Cristo abunden en obras de misericordia, que sean compasivos hacia todos y que puedan obtener tu perdón e indulgencia. ” (Dives in Misericordia “Rico en Misericordia”).
© 2024 por Terry A. Modica
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