Traicionado por un amigo — Parte 1
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Jesús nunca dejó de amar a alguien.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de Semana Santa
Marzo 26, 2024
Oración para hoy:
Perdona nuevamente hoy, mis traiciones, Señor. Te he hecho sufrir, pero tu amor ha lavado mi culpa y tu perdón me da vida cada día. ¡Gracias por tu fidelidad! Amén.
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Lecturas de hoy:
Isaías 49, 1-6
Salmo 70, 1-6.15.17
Juan 13, 21-33.36-38
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/032624.cfm
Traicionado por un amigo — Parte 1
En el relato del Evangelio de hoy, cuando Jesús anunció que uno de sus discípulos más cercanos lo va a traicionar, Pedro y los demás se miraron perplejos y alarmados. ¿Alguien se sintió culpable? ¿Examinaron rápidamente sus conciencias y recordaron las veces en que no estuvieron de acuerdo con Jesús, o que desearon que él hubiera hecho las cosas de manera diferente? Probablemente.
Pedro, esperando no ser él el traidor, tímidamente le pidió a Juan que le pregunte a Jesús: “¿Quién es?”
Él no quería ser el traidor, él realmente creía: “¡Voy a dar mi vida por ti!” Sin embargo, él traicionó a Jesús a pesar de sus buenas intenciones. Nosotros somos como Pedro cada vez que nos hacemos a un lado al momento de compartir nuestra fe, por temor al rechazo, o cuando hacemos concesiones poco éticas para evitar conflictos. Amamos a Jesús y sin embargo lo traicionamos. Y, como Pedro, nos sentimos horrorizados por nuestro pecado y agradecemos recibir su perdón.
Judas era diferente. En la lectura del Evangelio de ayer, vimos la reacción de Judas hacia María por su amoroso regalo de un lujoso perfume. ¿Estaría celoso? El poderoso amor entre Jesús y María era obvio. Él podría haber aprendido del amor que ellos compartían, pero, en cambio, los atacó verbalmente.
Aparentemente, Judas no creía que Jesús lo amaba a él tanto como amaba a María. Con su percepción nublada por su necesidad, él juzgó la intimidad entre María y Jesús como inapropiada. Es una venda psicológica por la baja autoestima, que probablemente hemos utilizado nosotros: trató de avergonzarlos al hacerles sentir culpables, en un intento de sentirse mejor él mismo.
Las personas que denigran a otras con el afán de manipularlas generalmente sienten que no son amadas o que son amadas insuficientemente.
No es de sorprender que Judas entregara a Jesús a las autoridades, en el momento en que Jesús dejó de cubrir sus expectativas. Él no pudo comprender el amor sacrificado e incondicional de Cristo. En términos psicológicos modernos, diríamos que Judas era “codependiente”. Su corazón necesitado y herido, no podía reconocer el amor sano y verdadero que Jesús trataba de darle. No es de extrañar que haya elegido el suicidio para curar su dolor, en lugar de pedirle perdón a Jesús.
Piensa en las personas que están necesitadas de amor en tu vida. Muchos de nosotros tenemos amigos codependientes que quieren que seamos un dios para ellos; insisten en que les proporcionemos todo lo que ellos piensan que necesitan. En lugar de desarrollar una relación más íntima y sanadora con Jesús, se vuelven exigentes con nosotros, se enojan y tratan de manipularnos.
Si nosotros nos volvemos a Jesús en busca del amor completo e incondicional que ellos no nos pueden dar, se ponen celosos y, al igual que Judas, nos traicionan.
Algunas traiciones son fáciles de perdonar, porque sabemos que el traidor realmente se preocupa por nosotros. Pero, cuando la traición viene de un Judas implacable, aún podemos amarlo, aunque sólo sea de lejos, porque nosotros debemos ser como Jesús y él jamás dejó de amar a alguien.
© 2024 por Terry A. Modica
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