Gozo que perdura

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

El gozo que perdura


“Podemos vivir en alegría si somos conscientes de ser amados apasionadamente por el Señor.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Viernes de la 2da. Semana de Pascua
Abril 12, 2024

Oración para hoy:

Señor: quiero que tú seas mi alegría, más allá de las circunstancias que tenga que enfrentar en mi vida diaria. Amén.

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Lecturas de hoy:

Hechos 5, 34-42
Salmo 26, 1.4.13-14
Juan 6, 1-15
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041224.cfm

Gozo que perdura

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En la primera lectura y en el Evangelio de hoy, vemos dos fuentes distintas de gozo. En el Evangelio, las personas fueron testigos de un milagro y consiguieron llenar sus estómagos de forma gratuita. Estaban tan contentos, que querían hacer de Jesús su rey y vivir así todo el tiempo.

Cuando Jesús rechazó su designación, ¿cuánto tiempo crees que duró su alegría? Ciertamente, algunos la perdieron en el momento en que llegaron de regreso a sus casas, porque en el camino hacía demasiado calor o era demasiado largo. O se quejaron de cómo estaba cocido el pescado o qué clase de pan debió haberse servido. O cuando llegaron a casa, tuvieron que hacer frente a algún imbécil que nunca había conocido a Jesús.

En la escena del Libro de los Hechos, los apóstoles también estaban alegres, pero no porque algo bueno había sucedido. Ni siquiera se regocijaban por el hecho de que habían sido puestos en libertad. ¡Estaban alegres porque estaban sufriendo! Se emocionaron por ser juzgados dignos de malos tratos por razón de su ministerio.

¿Estaban trastornados? ¿Eran masoquistas? Por supuesto que no. Entonces, ¿cómo podía el sufrimiento darles alegría?

El salmo responsorial de hoy tiene la clave: El Señor es nuestro refugio. La alegría que perdura proviene de la capacidad de acurrucarse en el amor del Señor. La alegría que se desvanece proviene de depender de las circunstancias de la vida. Ningún milagro proporciona alegría duradera, pero cuando contemplamos la gracia del Señor – manteniendo nuestra mirada en él – nuestra alegría puede continuar para siempre. No importa cuáles sean las circunstancias, podemos seguir siendo alegres si somos conscientes que somos amados apasionadamente por el Señor.

En lugar de enfocarnos en nuestros problemas, miramos a Jesús y nos refugiamos en su amor. Cuando permitimos que el mal arrebate nuestra atención, nos sentimos sin esperanza y nos enojamos. Pero cuando nos volvemos a enfocar en Jesús, con alegría podemos alabar a Dios por las bendiciones que él va a resucitar desde nuestros sufrimientos.

Por supuesto que esto no es fácil; ¡yo también me esfuerzo por mantener mis ojos en Jesús! Nuestra reacción normal ante cualquier cosa que causa sufrimiento es quejarnos. Mientras nos quejamos, sólo nos estamos enfocando en la situación. No podemos ver la mano de Dios bendiciéndonos.

¿Cómo miramos y vemos a un Dios invisible? Escudriñando las Escrituras para encontrar las promesas que se relacionan con nuestra situación. Mediante la lectura de la vida de los santos para absorber su perspectiva de Dios. Pidiendo a otros que nos señalen lo que pueden ver de la mano de Dios en nuestros problemas.

Cualquier cosa que hagamos que ponga a Cristo en el centro de nuestra visión — escuchar música cristiana, asistir a Misa, o unirnos a una pequeña comunidad para compartir la fe — nos libera para experimentar la alegría que perdura para siempre.

© 2024 por Terry A. Modica

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