¡Sueña a lo grande y alcanza tu máximo potencial!
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Necesitamos atrevernos a soñar el sueño de Dios para nosotros, para que podamos cambiar al mundo.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Jueves de la 3ra. Semana de Pascua
Abril 18, 2024
Oración para hoy:
Gracias Señor, por darte a mí en la Eucaristía. Dame la gracia de abrir mi corazón a lo que tú quieras obrar en mí. Amén.
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Lecturas de hoy:
Hechos 8, 26-40
Salmo 65, 8-9.16-17.20 (con 1)
Juan 6, 44-51
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041824.cfm
¡Sueña a lo grande y alcanza tu máximo potencial!
En la lectura de nuestro Evangelio de hoy Jesús dice: “Yo soy el pan vivo del cielo.” ¿Está hablando de la Eucaristía? Sí y…
En el pan que usamos para emparedados, la levadura que hizo que la masa leude ha sido cocida hasta morir. El calor del horno hace que el pan no siga agrandándose. Jesús, en cambio, es el pan vivo. Él venció a la muerte, su vida está siempre en constante crecimiento, constantemente creciendo más y más dentro de nosotros y, luego, hacia afuera para cambiar al mundo. O, por lo menos, así debería ser.
Dios quiere que alcancemos nuestro máximo potencial. La mayoría de las personas se contentan con una vida mediocre. ¿Qué tan duro te esfuerzas para ir más allá de tu zona de comodidad y descubrir qué tan lejos puede llegar tu potencial?
Subestimamos nuestro valor. Creemos que Dios quiere hacer poco a través de nosotros. Subdesarrollamos nuestros talentos. Comemos el Pan de Vida con bajas expectativas. Al igual que el panadero que trabaja la masa, debemos esforzarnos para llegar a ser todo lo que Dios pensó que fuéramos y para hacer todo lo que Jesús desea para nosotros. Y, también, debemos pasar tiempo soñando para descubrir lo que Dios ha soñado para nosotros.
Es importante que conozcamos nuestros límites pero sólo para volvernos hacia Dios y encontrar nuevas formas de crecer y pasar esos límites. “¿Entiendes realmente lo que estás leyendo?” Esa es la pregunta que Felipe le hizo al etíope en la primera lectura de hoy. El oficial extranjero estaba de camino a su casa luego de una peregrinación a Jerusalén, quería crecer en su relación con Dios pero estaba limitado, hasta que Felipe le enseñó acerca de Jesús.
¿Cuál es el límite de tu entendimiento acerca de quién es Jesús, qué puede hacer por ti y qué puedes hacer tú por él, gracias a tu fe? ¿Cómo puedes ir más allá de eso?
¿Cuál es el límite de las personas a tu alrededor en su comprensión acerca de Jesús? ¿Dejarás que Dios te utilice para que ellos puedan experimentar más de él?
Jesús dice: “Nadie viene a mí a menos que el Padre que me envió los atraiga… Serán instruidos por Dios.” Felipe fue capaz de llevar al etíope a Cristo porque el Padre ya lo estaba atrayendo. Cualquier persona que verdaderamente desea una relación con Dios, es atraído por el Padre hacia el Hijo. Si deseamos lograr nuestro máximo potencial, Dios nos dejará trotar a su lado y el Espíritu Santo nos capacitará para ir más allá de nuestros viejos límites, incluso más allá de los límites terrenales, para que podamos hacer una diferencia.
¿Cuánto confiamos en Dios, diariamente, para que nos conduzca hacia nuestro máximo potencial? Necesitamos atrevernos a soñar sus sueños para nosotros. Cuando deseamos crecer más allá de la mediocridad, fascinados por las posibilidades inimaginables de nuestro máximo potencial, crece nuestra autoestima, encontramos más satisfacción y gozo — y cambiamos el mundo.
© 2024 por Terry A. Modica
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