Corriendo riesgos por el Señor
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Nunca debemos menospreciar el impacto que podemos hacer cuando seguimos a Cristo en circunstancias desconocidas.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 3ra. Semana de Pascua
Abril 19, 2024
Oración para hoy:
Amado Jesús: perdóname por no acercarme a ti, con la intensidad y el anhelo que Tú esperas de mí. Gracias por estar siempre esperándome en el Sagrario. Amén.
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Lecturas de hoy:
Hechos 9, 1-20
Salmo 116, 1bc-2 (con Marcos 16, 15)
Juan 6, 52-59
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041924.cfm
Corriendo riesgos por el Señor
En la primera lectura de hoy, Judas y Ananías corren un riesgo extraordinario a causa de su amor por el Señor y por su capacidad para escucharlo — escucharlo verdaderamente. Ayudaron a un enemigo peligroso y fanáticamente prejuicioso. Y así jugaron un rol importante para cambiar al mundo.
¿Cómo responderíamos si Jesús se apareciera ante nosotros en una visión y nos dijera que ayudáramos a un extremista musulmán? ¿Y si Jesús ya hubiera convertido el corazón del musulmán? ¿Son nuestras vidas de oración tan breves y débiles que pensaríamos que esto no puede ser real?
Hagamos esta pregunta más fácil: ¿Qué pasaría si el Espíritu Santo nos diera una visión de Jesús diciéndonos: “Ve a la casa de tu vecino, él tiene un visitante allí que quiere que lo asistas.”? ¿Confiarías en la visión? ¿Dejaríamos de hacer lo que estamos haciendo e iríamos?
Las visiones eran normales para los cristianos de los primeros siglos. Luego, la Época de la Iluminación y las investigaciones de los científicos dijeron que todo debía ser probado mediante estudios empíricos y repetitivos o, de lo contrario, no podrían ser verdaderos. Lo sobrenatural comenzó a ser visto como superstición.
Bien, digamos que queremos probar. Golpeamos a la puerta de nuestro vecino sólo para ver si tiene un visitante. Pero, ¿y si Jesús, durante la visión, nos dijera que desea obrar, a través de nosotros, una sanación milagrosa? ¿Sería demasiado? ¿Demasiado dudoso? ¿O responderíamos: “Jesús, si tú lo deseas, entonces será sanado como tú dices?
Ananías fue a pesar de los temores y la lógica. Él y Judas fueron los primeros cristianos en hacerse amigos de Saulo (luego llamado Pablo) y perdonarlo. Debido que confiaron en Jesús más que en sus propias perspectivas e ideas, fueron la primera experiencia de Pablo de verdadero cristianismo.
Nunca debemos menospreciar el impacto que podemos hacer cuando seguimos a Cristo hacia circunstancias desconocidas, impredecibles, irracionales e, incluso, aterradoras. ¿Qué te ha estado pidiendo que hagas y tú te has estado resistiendo? Tu acto de fe podría ser el primer paso de un inmenso plan de Dios. Nunca debemos menospreciar lo esenciales que somos.
Jesús dice en la lectura del Evangelio de hoy que su Carne es pan del cielo. Al consumir su Carne y Sangre en la Eucaristía en la Misa, renovamos nuestra participación en el plan de salvación de Dios para el mundo. Así como Jesús arriesgó todo para sanar nuestras almas y llevarnos al cielo, también nosotros somos enviados desde la Misa a correr riesgos con él, llevando su sanación y salvación a los demás.
Bien, ¿y si Jesús nos dijera que esa persona que debemos visitar en la casa de nuestro vecino es nuestro ex-cónyuge? ¿O el padre que abusó de nosotros? ¿O el empleador que hace que nuestro empleo sea miserable? ¿O esa otra persona que nos hace enojar o nos provoca miedo?
“¿Qué dices? ¡No puedes hablar en serio!”
“Jesús dice: “¡Ve!”
© 2024 por Terry A. Modica
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