Cómo Dios detiene al mal
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Eres más valioso de lo que crees. Dios quiere que produzcas los frutos de Cristo – y más.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
5to. Domingo de Pascua
Abril 28, 2024
Oración para hoy:
¡Gracias Jesús, porque confías en mí! Haz que no me aparte de ti y que siempre sea consciente que lejos de ti nada puedo hacer. Tú eres mi alimento, mi camino y mi vida. Amén.
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Lecturas de hoy:
Hechos 9, 26-31
Salmo 22 (21), 26-28. 30-32
1 Juan 3, 18-24
Juan 15, 1-8
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042824.cfm
Cómo Dios detiene al mal
Como vemos en la lectura del Evangelio de este domingo, todos los que pertenecemos a Cristo somos sarmientos de una vid. Jesús es la vid y, dado que todos estamos unidos a él, compartimos el mismo llamado: dar buen fruto. Y no cualquier fruto que parezca bueno, sino el mismo fruto que Jesús produjo.
No obstante, ¡muchos de nosotros subestimamos qué importante es esto! Tú eres más valioso de lo que crees. Dios quiere que produzcas los frutos de Cristo — ¡y más aún! Hoy en día demasiados cristianos se conforman con la mediocridad. Mientras tengamos un poco de satisfacción personal por ser cristianos, nos sentimos satisfechos demasiado fácilmente. Mientras estemos ayudando a algunas personas con nuestra amabilidad o generosidad o amor, creemos que Dios está satisfecho con los buenos frutos que estamos produciendo.
¿Te has preguntado alguna vez por qué hay tanto mal en el mundo? ¿Por qué Dios no levanta su mano todopoderosa contra la guerra, contra la corrupción en el gobierno, contra la codicia de los gerentes con altos salarios que despiden a sus empleados mientras se otorgan a sí mismos grandes ventajas, contra los perpetradores de abusos físicos y emocionales, contra la legislación que discrimina la fe católica, contra los crecientes índices de criminalidad, o contra cualquier mal que esté corrompiendo nuestro mundo?
¿Por qué no hace algo Dios?
En realidad ¡lo hace! No obstante, lo hace de la misma forma en que hace crecer las uvas. La fuerza vital de la vid (Jesús) viaja a través de la viña hacia los pequeños sarmientos (tú y yo y todos los cristianos) que producen uvas. Cuanto más abiertos estemos al alimento que nos da Cristo, más frutos producirá Jesús a través nuestro. ¡Pero las uvas no deberían quedarse allí!
Somos alimentados por Cristo para que llevemos al mundo sus frutos abundantes. Debemos crecer fuertes y saludables, ramificarnos y usar todo lo que hemos recibido de Cristo para el bien de los demás.
El mal será detenido siempre que nosotros los cristianos continuemos el ministerio terrenal de Cristo. La victoria sobre el mal proviene de Cristo, es decir, a través de nosotros desde Cristo. La santidad en el mundo proviene del Espíritu Santo de Cristo transformándolo activamente a través de nuestra santidad.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Estás haciendo todo lo que puedes para que crezcan las mejores uvas en tu sarmiento de la viña de Cristo? ¿Cuán saludable es tu conexión con Cristo? ¿Qué necesita ser podado en tu vida, porque no está produciendo abundantes frutos?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
Nombra algunas de las cosas que hacemos para fertilizar los viñedos. ¿Qué ha ayudado a tu rama para que crezca más fuerte y que de más frutos? ¿Cómo entorpece el crecimiento de buenos frutos — frutos que derroten al mal — el ignorar la necesidad de ser podados?
© 2024 por Terry A. Modica
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