Ríndete y Sirve en el Poder del Espíritu Santo

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Jesús te dotó para iluminar el camino al Cielo para otros


“Es este discípulo el que testifica estas cosas y el que las ha escrito, y sabe que su testimonio es verdadero. (Juan 21, 24)”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Sábado de la 7ma. Semana de Pascua
Mayo 18, 2024

Lecturas de hoy:

Hechos 28, 16-20.30-31
Salmo 10, 4-5.7
Juan 21, 20-25
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/051824cfm

Ríndete y Sirve en el Poder del Espíritu Santo

Por Beth Solis, Miembro del Directorio de GNM

Jesús le prometió a sus primeros apóstoles y discípulos que estaría con ellos siempre, mediante el poder del Espíritu Santo, para darles fortaleza y guiarlos para cumplir con la Gran Comisión que les encargó — ir a hacer nuevos discípulos — ¡y lo hizo!

Como discípulos modernos de Cristo, ¡aún podemos contar con esta promesa! La vida en nuestro mundo de hoy es, indudablemente, un desafía para muchas personas por múltiples razones. Jesús nos está llamando a cada uno de nosotros para ayudar a edificar nuestra Iglesia.

¡El fuego del Nuevo Pentecostés arde intensamente y los cristianos bautizados estamos llamados a llevar la antorcha, usando los dones que nos han sido dados, para iluminar el camino al cielo para los demás! Como dice la vieja canción de Bob Dylan: “Los tiempos están cambiando”. El fuego del Nuevo Pentecostés está ardiendo justo ahora, iluminando a aquellos en nuestras comunidades que están perdidos, dolidos y confundidos por la sociedad sin Dios de hoy, que se ha alejado de los valores y moral cristiana que una vez aceptaron como normales, pero que ahora están siendo descartados y minimizados como si nunca hubieran importado realmente.

El Espíritu Santo nos da dones especiales para ayudar a aquellos que están perdidos y dolidos en este mundo desafiante de hoy. Estos dones del Espíritu Santo hacen posible que podamos vivir y actuar como el Espíritu nos guía. Cuando oramos y rendimos nuestro corazón al Espíritu Santo, y pedimos estar abiertos a la Santa Voluntad de Dios, podemos ofrecernos para su servicio y estar atentos a que se abran puertas y aún más dones se desplieguen. Recuerda, Dios nos ha elegido a cada uno para un propósito.

Cada cristiano bautizado que está manteniendo una relación de discipulado con Cristo, recibirá de Dios sus carismas únicos, que están sobrenaturalmente llenos de gracias para ser usados en beneficio de los demás. Un discernimiento con un director espiritual puede identificar estos carismas. Estos carismas, dado por Dios como dones para toda la vida, podrían ser los carismas de sanación, animación, enseñanza, ayuda, hospitalidad, evangelización, administración, celibato, trabajo manual, fe, oración de intercesión, discernimiento de espíritus, profecía, música, conocimiento, escritura, sabiduría, pastoreo, servicio, liderazgo, y mucho más.

Dios nos llama a la obra que quiere que hagamos para Él, a medida que nos revela cómo nos está capacitando con estas habilidades para llegar a otros para su reino.

Hay algunas cosas importantes que debemos recordar cuando se trata de servir a Cristo nuestro Señor. Dios nos elije primero y a ninguno de nosotros le falta dones valiosos que puedan hacer una diferencia en su Reino, no importa cuán pequeñas o sin importancia pensamos que sean nuestras habilidades. Dios nos ama a todos y espera ansiosamente que aceptemos su invitación para cooperar con él en esta misión de compartir su amor con otros.

Podríamos sentirnos inclinados a ayudar de ciertas formas, o tal vez alguien nos invite a ser voluntario para hacer algo. ¡Ese podría ser el Espíritu Santo moviéndonos a comenzar! Podríamos no sentirnos un experto, o tal vez podríamos sentir que estamos fuera de nuestra zona de confort, pero si seguimos teniendo esa sensación molesta de que deberíamos ayudar en esa área, deberíamos escuchar.

Dios siempre abrirá las puertas y equipará a aquellos que llama. ¡Dios ama sorprendernos! Hay tantas opciones para considerar en el servicio al Señor. Aquí van algunas pocas posibilidades, ¡pero hay muchas más! El Espíritu Santo podría guiarnos para usar nuestros dones para ayudar con comidas calientes para las personas en la calle, con la Sociedad de San Vicente de Paul, los Caballeros de Colón, el equipo de cortar el césped de la parroquia, la educación religiosa, Catequesis para Adultos, la escuela parroquial, el coro de la iglesia, un ministerio para personas sin hogar, un equipo de evangelización, un grupo pro-vida, un centro de recursos para el embarazo, Caridades Católicas, un ministerio de prisiones, un ministerio de duelo, o para liderar una Hora de Adoración para niños, solo por nombrar algunas de las muchas posibilidades para servir. Uno incluso podría tener una vocación a la vida religiosa, al sacerdocio o al diaconado permanente.

La lista continúa. No hay fin para lo que el Espíritu Santo podría darnos para hacer cuando estamos abiertos a él. Lo cierto es que Dios nos usará, con toda seguridad, de las formas más asombrosas, ¡y la gloria es toda suya!

Nunca debemos desestimar el llamado que Dios puede estar haciéndonos en áreas más sutiles de nuestras vidas. A veces, esto podría resultar en hacer la mayor diferencia para el alma de alguien, y también puede ayudar a nuestra propia alma mientras lo hacemos. La forma en que vivimos nuestras vidas cuando pensamos que nadie está mirando es crucial. Me encanta el himno antiguo, “Sabrán que Somos Cristianos por Nuestro Amor” de Fr. Peter Scholtes. Si nuestras familias, nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo y aquellos con los que nos encontramos a diario notan nuestros sinceros actos de bondad, misericordia y generosidad, y podemos encontrar la manera de dar testimonio de nuestro amor por Cristo de vez en cuando compartiendo nuestros testimonios personales de fe en Jesús y cómo ha marcado una diferencia en nuestras propias vidas, entonces podrían llegar a respetarlo y tal vez sentirse atraídos también hacia Jesús.

Finalmente, rezamos por nuestra entrega y apertura cada día para que Dios use nuestros dones y gracias de la manera que Él considere mejor para ayudar a otros. Que sigamos confiando en el Espíritu Santo para guiarnos y siempre tener nuestro mejor interés en el corazón.

¡Ven, Espíritu Santo, que vives en María! Llénanos con la fuerza para someternos a ti y ayúdanos a servir a Jesús y a su Iglesia. ¡Llena nuestros corazones con el fuego de tu amor! ¡Amén!

© 2024 by Beth Solis

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