Resistiendo al diablo

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Para dejar de pecar, entrégale a Jesús todas tus heridas


“Cuanto más le dejamos a Jesús transformar nuestras heridas en bendiciones, más fácil se hace resistir al pecado.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Martes de la 7ma. Semana del Tiempo Ordinario
Mayo 21, 2024

Oración para hoy:

Fortaleza, Señor, necesito para poder entregarte todas mis heridas y para dejarme sanar por ti. Quiero unir mis sufrimientos a tus sufrimientos en la cruz y, así, ser canal de bendición para mis hermanos. Amén.

ORACIÓN¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!

BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios

Lecturas de hoy:

Santiago 4, 1-10
Salmo 55 (54), 7-11a.23
Marcos 9, 30-37
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/052124.cfm

Resistiendo al diablo

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¿Por qué es tan difícil resistir al diablo, como la primera lectura de hoy dice que debemos hacer? ¿Por qué codiciamos lo que no poseemos, provocando conflictos con nuestros amigos feligreses y vecinos? ¿Por qué peleamos con la gente que estamos llamados a servir? En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos dice lo importante que es ser “el siervo de todos” en lugar de codiciar un estatus donde seamos servidos.

Santiago nos dice: “Purifiquen sus corazones indecisos”. Somos indecisos porque resistimos darle a Jesús nuestra vida totalmente (nuestros pensamientos, nuestras metas, nuestros comportamientos). No importa cuánto tratemos, no podemos pertenecer a Jesús completamente, hasta que le hayamos dado todas nuestras heridas. Somos vulnerables al diablo y al pecado en tanto estemos todavía heridos.

¿Hay heridas en el cielo? ¡Sí! ¡Las de Cristo! Y por sus heridas somos sanados. Más fácil resultará resistir al pecado cuanto más le dejemos a Jesús transformar nuestras heridas en bendiciones.

Para que una herida se convierta en una bendición, tenemos que unirla a las heridas de Jesús en la cruz. Esto significa que tenemos que dejar que Jesús lo convierta en un ministerio que ayude a otros.

Los demonios saben qué “botones” oprimir para hacernos reaccionar a las circunstancias de la vida como personas heridas y pecadoras. Por ejemplo, supongamos que tu padre fue alcohólico y lo utilizaba como un anestésico para ocultar el dolor que sentía por no haber sido amado lo suficiente cuando era niño. Debido a su enfermedad y sus propias heridas, no pudo amarte tan plenamente como lo necesitabas.

¿Cómo te hace esto vulnerable al pecado? Si estás enojado por los pecados cometidos contra ti, esta ira justificada te hace arremeter, injustamente, contra los demás. La manera más exitosa de resistir al diablo es hacer lo contrario de lo que él quiere que hagas. Para que esto se convierta en algo fácil de hacer, tienes que sanar la raíz de tu ira, la herida, el agujero en tu corazón donde tu padre (o cualquiera) no te cuidó lo suficiente. Perdona a tu padre por su ausencia y que Jesús llene el vacío con su amor.

Un buen consejero cristiano o director espiritual puede ayudarte con este proceso de sanación. Si todavía no tienes uno y quieres llegar a ser más como Jesús, pide al Espíritu Santo para que te ayude a encontrar el adecuado.

Las heridas no sanadas bloquean el amor de Dios para entrar totalmente en nosotros y llenarnos. Mientras más heridas sean curadas, más nos llenará Dios y menos dispuestas estarán nuestras almas a la tentación. La batalla espiritual no terminará hasta alcanzar el cielo, pero tu santidad va a crecer. ¡Y te convertirás en un ministro poderoso para los demás en sus propias sanaciones y en sus propias conversiones!

© 2024 por Terry A. Modica

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