Venciendo lo destructivo de la ira

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Jesús tiene el remedio para la ira


“La santidad es hacernos cargo de nuestras elecciones y trabajar duro para establecer nuevas y mejores formas de tratar a los demás.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves de la 10ma. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Antonio de Padua, Presbítero y Doctor de la Iglesia
Junio 13, 2024

Oración para hoy:

¡Perdón, Jesús, por las veces que insulté a alguno de mis hermanos! No fui consciente de que insultándolos a ellos te insultaba a ti. Lléname de tu amor misericordioso y sáname de la ira que anida en mí. Amén.

ORACIÓN¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!

Lecturas de hoy:

1 Reyes 18, 41-46
Salmo 64, (2a)10-13
Mateo 5, 20-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/061324.cfm

Venciendo lo destructivo de la ira

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En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús explica los crecientes peligros de la ira haciendo referencia a resultados cada vez más desastrosos en el alma de una persona iracunda. El nivel más bajo de ira en el corazón da como resultado el “juicio”, que está representado por el tribunal local judío, donde es impuesto el menor de los tres castigos.

Luego, nombra una de las formas iniciales en que la ira se convierte, en el corazón, en ira que mata: el uso de lenguaje abusivo hacia los demás (“raqa” significa idiota o imbécil) destruye su autoestima por menospreciar su valor real. El abusador ahora debe enfrentarse a un juicio ante el Sanedrín, el cuerpo judicial más alto.

Finalmente, Jesús nos advierte que tratar a otros con desprecio (“tú, tonto”) es aún peor. Ya no es un “imbécil”, sino un “inservible” (significado directo de la palabra griega). Estar tan enojado con las personas al punto que ignoramos totalmente su valor, es condenarnos a nosotros mismos a la “Gehena”. (Gehena era un valle utilizado por un culto pagano donde quemaban a los niños hasta morir, como sacrificio para sus dioses demoníacos y los judíos pensaron que era una representación apropiada de lo que hoy llamamos “infierno”).

La idea de que este tipo de ira es igual al asesinato, es más fácil de entender si leemos 1 Juan 4, 7-21 que dice que Dios es amor y que, cuando tenemos ira no tenemos amor; por lo tanto, no tenemos a Dios y, sin Dios, no tenemos vida eterna.

Los insultos no son la única manera de menospreciar a los demás y matar su autoestima. Semejante daño afecta el cómo viven, piensan y reaccionan ante las diferentes situaciones y cómo tratan a otras personas, a menudo, durante muchos años. Parte de su corazón, su comportamiento o su personalidad ha muerto. Nuestro arrepentimiento sumado al asesoramiento psicológico, la sanación interior y con la ayuda de Jesús, puede restaurar estas zonas muertas y ser llevadas a una nueva vida.

Todos hemos sido dañados. Espero que aproveches al máximo la sanidad de Dios para las heridas que todavía tienes. Esto hace que sea más fácil dejar de infligir el mismo daño a la gente que te rodea. Es una opción, la santidad significa ser dueños de nuestras decisiones y trabajar duro para establecer nuevas y mejores formas de tratar a los demás.

Jesús explicó cuál es el remedio para la ira que sentimos: “Ve y haz lo que sea necesario para reconciliarte con el que te ha hecho enojar.” Esto, señala, es aún más importante que la adoración a Dios. ¿Cuán genuina es tu adoración si la ira ha reemplazado el amor en tu corazón, ya que Dios es amor?

Cuando alguien nos trata injustamente, la ira es una reacción natural. Por ser un sentimiento, no hay nada pecaminoso en él, sin embargo lo que hacemos con él es lo que indica cuán cerca estamos de Cristo. Para saber si estamos cerca, nuestra respuesta debería ser un acto de amor; “vamos y hacemos” sin tener en cuenta los impulsos de ira, por el bien de tener a otros en alta estima.

© 2024 por Terry A. Modica

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