Trabajando para el dueño de la cosecha
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Si dejas que Dios te guíe con qué hacer y con qué no hacer, siempre tendrás suficiente tiempo para hacer su trabajo.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 14ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memoria de San Agustín Zhao Rong, presbítero, y compañeros, mártires
Julio 9, 2024
Oración para hoy:
Gracias, Padre, por todos los dones y talentos que me diste. Ayúdame a que fructifiquen en tu Reino. Me comprometo a utilizarlos con responsabilidad y en constante actitud misericordiosa. Amén.
¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!
Lecturas de hoy:
Oseas 8, 4-7.11-13
Salmo 113, 3-10
Mateo 9, 32-38
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/070924.cfm
Trabajando para el dueño de la cosecha
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús dice a sus discípulos “pidan al dueño del campo que envíe obreros a su mies”. Hace dos mil años, estos discípulos oraron por ti. ¡Así es! Porque tú eres cristiano Jesús te ha elegido para traer a la Iglesia a aquellos en los que el Espíritu Santo ha puesto la semilla, cultivándola y preparándola para la conversión.
Todos hemos sido enviados a los campos para reunir a aquellos que quieren una relación más profunda con Jesucristo y todos estamos llamados por Dios para mostrarles lo valioso que es pertenecer a la comunidad de la Iglesia.
¿Cómo hacemos esto? En innumerables oportunidades: podemos proporcionarles santa orientación durante sus pruebas, podemos ayudarles a sanar las heridas de su corazón, podemos alimentarlos con un buen alimento para sus mentes y sus almas. En virtud de nuestro bautismo ya estamos en el campo de la recolección; la parcela de tierra que Dios te ha asignado especialmente a ti es donde vives, trabajas, juegas y adoras.
La cosecha es abundante pero algunos de los cultivos se pudren porque nadie ha llegado a ellos, nadie les ha mostrado cómo es Jesús realmente, nadie se ha tomado el tiempo para saber cuáles son sus necesidades e intereses que – capacitados por la oportunidad y la invitación — podría llevarlos a la participación plena y activa en la comunidad parroquial.
Nunca creas que eres demasiado joven o demasiado viejo. Timoteo era sólo un joven cuando Pablo le ordenó pastorear una parroquia. Moisés tenía 80 años cuando Dios le envió a liberar a los israelitas de Egipto.
Nunca creas que no eres suficientemente educado, o no tienes la suficiente formación o talentos. Dios ya te ha dado lo que necesitas exactamente para hacer algunos de los trabajos en la evangelización en este momento.
Nunca te distraigas estando demasiado ocupado o estableciendo tu propia agenda. ¿A qué amo estás sirviendo? Si no es a Dios es el momento de reorganizar tus prioridades. Si dejas que Dios te guíe en qué hacer y qué no hacer, siempre tendrás la cantidad perfecta de tiempo para hacer su trabajo.
Si estás dispuesto a convertirte en un mejor obrero en la cosecha de Dios, usa este juramento de compromiso:
“Como siervo de Dios, me comprometo a servirlo con diligencia y hábilmente, utilizando mis talentos y habilidades al máximo, de acuerdo con el trabajo que hay que hacer. Me comprometo a trabajar con mis compañeros en unidad, apoyo mutuo y cooperación, con honestidad, integridad, flexibilidad y diligencia. Me comprometo a discernir la voluntad de Dios a través de la oración diaria, con la ayuda de los que tienen autoridad sobre mí y la afirmación de la comunidad cristiana. Señor Jesús, ayúdame a amar a todos como tú los amas y ayúdame a servirte con ese espíritu de amor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!”
© 2024 por Terry A. Modica
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