La abrumadora luz de la verdad
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
La Transfiguración tiene lugar una y otra vez — hoy, en nuestro interior — cada vez que escuchamos a Jesús y le permitimos que nos ilumine.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Fiesta de la Transfiguración del Señor
Agosto 6, 2024
Oración para hoy:
Amado Jesús: que el fuego de mi primer encuentro contigo, no se apague jamás en mí. Gracias por que Tú envuelves mi vida con tu presencia y me alimentas con la promesa de resucitar un día, como resucitaste Tú. Amén.
¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!
Lecturas de hoy:
Daniel 7, 9-10.13-14
Salmo 96, 1-2.5-6.9
2 Pedro 1, 16-19
Mateo 17, 1-9
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080624.cfm
La abrumadora luz de la verdad
Piensa en un área de tu vida que está en la oscuridad, confusión, o agitación. ¿Qué puede transformar esto en santidad, claridad de entendimiento, y paz?
La lectura del Evangelio de hoy nos muestra la respuesta: la luz de Cristo. Su transfiguración en el monte Tabor, fue una forma visible de su santidad perfecta, su amor puro, y su humanidad completamente viva y unida a su divinidad.
Cuando permitimos que su santa luz exponga las áreas de nuestras vidas que están en pecado, la oscuridad rápidamente se disipa. ¿Por qué? Se debe a que la oscuridad es mucho más débil que la luz. El pecado — aún nuestro pecado más terco — es mucho más débil que el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Frecuentemente, la razón por la que no enfrentamos nuestros pecados y no trabajamos para superarlos se debe a que ignoramos cuánta ayuda nos dará Dios. Queremos ser santos, pero admitir nuestros pecados es como una batalla, una lucha difícil entre el llamado Cristiano a ser como Jesús y las tendencias vergonzosas de nuestra naturaleza carnal. No estamos a la altura, pensamos que no tenemos la fuerza santa necesaria para ganar esta pelea.
Incorrecto. ¡Si la tenemos! Esta batalla ya se ganó hace más de 2000 años, cuando Jesucristo se levantó de la muerte y destruyó el poder del pecado. Como dice la primera lectura de hoy: el “Hijo del hombre”, Jesucristo, tiene un poder eterno que no pasará, y su reinado jamás será destruido. Su luz divina, que penetra nuestras almas humanas, conquistará rápidamente la oscuridad y restaurará el Reino de Dios en nosotros.
¿Por qué? Porque realmente deseamos escucharlo, como nos lo dijo el Padre cuando confirmó el señorío de Cristo en el monte Tabor.
La Transfiguración tiene lugar una y otra vez — hoy, en nuestro interior — cada vez que escuchamos a Jesús y le permitimos que nos ilumine.
¿Cuál es la fuente de oscuridad en tu vida? Pídele a Jesús que penetre con su luz de la verdad, la que liberará tu alma para ser santa. Algunas veces esto significa que hay que ahondar más y más para descubrir la raíz que causa nuestra tendencia al pecado. Capa por capa, Jesús te va a liberar.
¿Qué te roba tu paz? Pídele a Jesús que haga brillar su perfecta luz de amor sobre ello, y acepta su abrazo. ¿Por qué te da miedo admitir y llevar tus pecados al Sacramento de la Reconciliación para que sean sanados con poder? Deja que la luz de la misericordia de Cristo te transfigure.
Tu transfiguración personal, es la liberación de tu naturaleza bautismal, la presencia divina de Dios en ti. Recuerda, fuiste creado a su imagen, y los Sacramentos son gracias de Dios para restaurar totalmente la vida que él creó para que tú vivas. Sé fiel a ti mismo. Hazte disponible para el poder transformador de Cristo.
© 2024 por Terry A. Modica
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