Señales de un buen pastor (y qué hacer con los malos)
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Sólo con Jesús podemos estar completamente satisfechos sin necesitar nada más.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 20ma. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Pío X, Papa
Agosto 21, 2024
Oración para hoy:
Señor mío: dame un corazón atento y agradecido hacia tanta bendición y misericordia que tienes conmigo. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Ezequiel 34, 1-11
Salmo 22, 1-6
Mateo 20, 1-16
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/082124.cfm
Señales de un buen pastor (y qué hacer con los malos)
Un “pastor” es alguien que tiene la responsabilidad de guiarnos y protegernos. ¿Qué es un buen pastor?
Él (o ella) es cariñoso(a).
Protege a su rebaño.
Guía a sus ovejas a los pastos más seguros.
Va tras la perdida y la encuentra.
Carga a las débiles sobre las asperezas.
Lucha contra los lobos y les derrota con el poder de Dios.
Siempre atento a hacer bien su trabajo, está estrechamente relacionado con el Señor que lo capacita.
¡Qué vocación impresionante!
¿Has sido herido por alguno de los pastores de Dios? Directa e indirectamente todos hemos sufrido por los sacerdotes que han abusado de sus vocaciones.
La Primera lectura de hoy pone de manifiesto cuánto molesta al Señor cuando los pastores no hacen lo que están llamados a hacer. El hecho de que les ha dado autoridad sobre nosotros no les da, automáticamente, un lugar especial en el Reino de Dios. Dios tiene en mayor estima a las ovejas que los pastores que no son como Cristo, el Buen Pastor. Como dice Jesús en el Evangelio de hoy: “Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán últimos.”
El Papa Francisco dijo (14 de abril de 2014) que aquellos sacerdotes que no están dispuestos a ser modelados por el Espíritu Santo, “meditando cada día en el Evangelio… experimentando la misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliación… tomando la Eucaristía con fe y con amor… siendo hombres de oración… sería mejor que tuvieran el coraje de buscar otro camino.”
Sin embargo, cuando no lo hacen y somos lastimados por culpa de los pastores que no pueden ser buenos pastores, no necesitamos huir de ellos o de la Iglesia. De hecho, estamos llamados a permanecer y a ser instrumentos de Cristo para la sanación y la restauración. El primer paso de sanación es recordar cómo se siente Dios acerca de ello: “Yo mismo cuidaré [mis ovejas] y atenderé sus necesidades”. Jesús es el Buen Pastor perfecto. Nos recoge y suavemente nos abraza, besa nuestras heridas y nos lleva donde necesitamos ir, mientras descansamos y nos recuperamos seguros.
Para verdaderamente descansar en brazos del Divino Pastor, tenemos que perdonar a los pastores humanos que nos condujeron pobremente. Tenemos que recordar que también ellos han sido pastoreados mal por alguien en su pasado y, a menudo, su egoísmo proviene de una necesidad desesperante de pastorearse a sí mismos– una necesidad que sólo Jesús puede llenar con éxito si lo dejan.
También necesitamos perdonar a aquellos que son más difíciles de perdonar. Sí, incluso a aquellos que molestaron a niños. Sin negar su responsabilidad al elegir el camino de este pecado terrible, en lugar de la santidad, necesitamos orar por sus almas, tanto como por sus víctimas. Cuando no hay nada más que podamos hacer, podemos orar para que el poder victorioso de Cristo reclame lo que el demonio ha robado. Satanás desea destruir la Iglesia, por supuesto. Lo pastores de Cristo son el primer objetivo del demonio. Si no tenemos cuidado, nuestra ira justificada podría ser usada por el demonio para socavar más a la Iglesia. Con la ayuda de Cristo, nuestra voluntad para perdonar vencerá al enemigo.
Todos los pastores humanos (incluso el mejor de ellos) son imperfectos y, de vez en cuando, nos fallan. Si buscamos el amor y la orientación perfecta por parte de ellos, insistiendo en que ellos nos den todo lo que necesitamos, apartamos nuestros ojos de Jesús y lo que puede hacer por nosotros. Sólo con Jesús, como dice el salmo responsorial de hoy, no necesitaríamos nada, quedando completamente satisfechos. Sólo con Jesús podemos encontrar pastos exuberantes, aguas restauradoras y frescura para nuestras almas. Sólo con Jesús podemos encontrar el camino correcto a través de valles oscuros. Sólo con Jesús nuestras vidas pueden desbordar de bondad.
¡Mantén tus ojos en Jesús!
© 2024 por Terry A. Modica
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