Juicio con misericordia y fidelidad
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Para ser fieles a Dios no podemos emitir juicio sin misericordia.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 21ra. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de Santa Mónica
Agosto 27, 2024
Oración para hoy:
Perdónanos Señor, por preocuparnos por las apariencias y por no profundizar en las Palabras que tantas veces nos diriges. Danos conciencia verdadera de la necesidad de misericordia y amor que hay en el mundo. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
2 Tesalonicenses 2, 1-3a.14-17
Salmo 96, 10-13
Mateo 23, 23-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/082724.cfm
Juicio con misericordia y fidelidad
Mientras regaña a los fariseos, en la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nombra “las cosas importantes de la ley.” Entonces, al igual que ahora, todas las leyes, normas y reglamentos caen en una jerarquía de importancia. En los tiempos de estos fariseos, las normas menos importantes incluían cómo pagar el diezmo de la menta, el eneldo y el comino y cómo limpiar los vasos y platos sagrados. Sin embargo, cumplían con estas reglas menores con mucha más religiosidad que con las leyes superiores (las leyes morales) con respecto a cómo tratar a la gente.
Hoy en día, siempre que hacemos daño a la gente adhiriéndonos religiosamente a todo lo que es “nuestra política” o “siempre lo hemos hecho así” o “la forma correcta de realizar rituales”, no somos mejores que los fariseos, y Jesús dice ¡ay de ustedes! Las enseñanzas oficiales de la Iglesia nos dicen que la aplicación de las normas, reglas y políticas – incluso la misma Ley Canónica – no debe interferir con la salvación de una persona.
Jesús dijo que tenemos que purificarnos siempre que nuestros esfuerzos para obedecer las leyes menores hagan que descuidemos la ley suprema que es la Ley del Amor (“Ámense los unos a los otros como yo los he amado”).
Caemos en el modo-fariseo cuando nos olvidamos que no todas las reglas tienen el mismo peso o por tener más miedo de romper la ley que de romper el espíritu de alguien. Es bueno y correcto que deseemos obedecer todas las enseñanzas de la Iglesia y que queramos que los demás las obedezcan también, pero hay que recordar que Jesús enumeró tres leyes como las más importantes: justicia, misericordia y fidelidad. Es interesante por qué las enlista juntas: Para ser fiel (tener fidelidad) a Dios, no podemos emitir juicio sin misericordia.
El derecho a emitir un juicio no nos da el derecho de ser juez. ¿Qué pasaría si sabemos que la señora junto a nosotros en la línea hacia la Comunión es divorciada y vuelta a casar fuera de la Iglesia? Podemos juzgar que es pecado para ella tener relaciones maritales sin tener una unión válida, sacramental. Podemos recordar la ley de la Iglesia que dice que su pecado permanente le hace indigna de recibir la Eucaristía.
Sin embargo, no tenemos todos los hechos. ¿Qué pasaría si quiere una anulación de su primer matrimonio, pero ha sido perseguida por ello y ahora tiene miedo de proceder? ¿Y si ella es simplemente ignorante del valor de conseguir una anulación? ¿Jesús la condenaría y se negaría a entregarse a ella?
Tenemos la obligación de ayudarla a comprender la plenitud de la fe y recibir la Eucaristía dignamente, pero con compasión, no condenándola. Si asumimos el papel de Cristo como juez, como si supiéramos lo que hay en los corazones de aquellos que no están obedeciendo las reglas, nos ponemos bajo la condenación de Dios. Él no está observando lo bien que hacemos cumplir todas las reglas; él está observando qué tanto amamos, porque el amor es lo que evangeliza, no el legalismo. En ese amor podemos dar a Jesús, con compasión, llenos de misericordia, inspirándolos a comprender más plenamente y a abrazar las enseñanzas de la Iglesia.
© Terry Modica