¿Por qué Dios no nos protege de todo daño?

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Hay algo en el cuadro más grande que aún no podemos ver


Estás llamado a ser la presencia de Cristo donde estés y en todo lo que hagas.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Martirio de San Juan Bautista
Agosto 29, 2024

Oración para hoy:

Te alabo y te doy gracias Señor Jesús, porque no escatimaste nada para darnos vida en abundancia. ¡Quiero acoger este regalo con toda mi alma! Amén.

Daily Prayer and Reflection¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.

Lecturas de hoy:

1 Corintians 2, 1-5
Salmo 118, 97-102
Marcos 6, 17-29
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/082924.cfm

¿Por qué Dios no nos protege de todo daño?

Escucha esta reflexión en audio

En la lectura del Evangelio de hoy, Dios no protege a Juan el Bautista. ¿Habrá sido porque Juan no oró pidiendo protección? ¡Probablemente lo hizo! Entonces, ¿por qué lo asesinaron salvo que fuera porque Dios lo abandonó? ¿Tal vez se haya apartado de la voluntad de Dios? No. Herodes lo mató mientras Juan estaba haciendo las obras del Señor.

Basados en ésto, podemos suponer que hacer las obras de Dios no es seguro. Así lo parece cada vez que nos plantamos en una verdad poco popular. Y podría contarte montones de historias personales sobre sufrimientos por mi compromiso de trabajar más profundamente en el ministerio, los cuales creo que fueron tentaciones para abandonar ese ministerio. (No te preocupes, esas tentaciones sólo me llevan a trabajar por Dios con mayor determinación).

Puedo imaginarme a mí misma marchando hacia el Dios Todopoderoso, con mis manos en mis caderas, diciendo: “¿Y bien? ¿Por qué no me protegiste de ____ y ____? ¿Dónde estabas? ¿Cómo puedes prometer protección y luego abandonarme? ¿Qué puedes decir a Tu favor, eh?

No obstante, como en toda batalla, toda persecución y en todo terremoto emocional o espiritual, tenemos que asumir humildemente que hay algo en el Cuadro Completo que aún no podemos ver, algo que no podemos comprender aún. A su debido tiempo, en esta vida o en la próxima, Dios lo revelará y diremos: “¡Ahhhhhh!”. Y Juan el Bautista en el cielo asentirá con la cabeza y dirá: “Valía la pena todo.” Y estaremos de acuerdo.

Mientras tanto, en vez de preguntar: “¿Dónde estás, Dios? ¿Por qué permites que me suceda esto?”, deberíamos preguntar: “¿Qué es más importante: protegerse del sufrimiento o hacer lo que Dios quiere que haga por el bien de la salvación de los demás?” (Nota: no estoy sugiriendo que permitamos que una persona abusiva siga sofocándonos; ese abuso debe ser detenido; no ayudamos a nadie si permitimos que continúe.)

Otra forma de poner esta pregunta es: “¿Qué es más importante: mi comodidad física o la incomodidad espiritual del mundo?”

Seamos honestos. Preferimos sentirnos cómodos. Evitamos las situaciones que puedan desembocar en una persecución. Tendemos a ser complacientes con las personas en vez de complacer a Dios para que otros nos aprecien y aprueben.

Desde que entregué mi corazón a la Iglesia Católica en 1977, he dedicado mi vida diaria a trabajar para el Reino de Cristo en la tierra. ¿No dedicaré, también, mis sufrimientos e incluso mi muerte a este Reino?  Oro para que Dios me conceda la oportunidad, incluso en la muerte, de ayudar a otros a descubrir la plenitud de su amor y oro para que, hasta entonces, yo sea llena de su gracia para poder ignorar mis deseos de estar cómoda.

Si haces un pedido similar, descubrirás que tu vida tiene mucho más sentido y que tu muerte – incluso si es por martirio – ya no será un temor.

Reflexiona más sobre este tema con nuestro PalabrasVivas: “¿Estás siendo perseguido por hablar de la verdad?” en https://buenasnuevascatolicas.org/estas-siendo-perseguido/

© Terry Modica