Honrando a Dios con nuestros corazones
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
De máxima importancia son los Mandamientos de Dios y las Leyes Morales que nunca cambian. Todos ellos nos ayudan en nuestro camino al cielo.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
22do. Domingo del Tiempo Ordinario
Septiembre 1, 2024
Oración para hoy:
Señor Jesús: que Tu Espíritu colme todo mi ser y Tu palabra tome su lugar en mí. Que todos mis actos, pensamientos y palabras, cumplan el buen propósito que pensaste para mí. Amén.
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Lecturas de hoy:
Deuteronomio 4, 1-2.6-8
Salmo 15 (14), 2-5
Santiago 1, 17-18.21b-22.27
Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/090124.cfm
Honrando a Dios con nuestros corazones
En la lectura del Evangelio de este domingo, Jesús reprende a los fariseos por honrar a Dios sólo con sus labios, mientras sus corazones estaban lejos de Él; faltaba el amor en su análisis de si Jesús y sus discípulos habían pecado cuando desobedecieron la regla judía acerca de la limpieza.
La regla era más importante para ellos que la persona. Tenían la actitud farisaica de: “Yo sé mejor que tú, y yo soy mejor que tú, demostrado por el hecho de que yo obedezco las leyes que ustedes están quebrantando”.
La obediencia, cuando es motivada por una adhesión farisaica a la normativa, es hipocresía. Utiliza la ley como una oportunidad para sentirse superior a los demás. Un ejemplo moderno puede ser cuando alguien le dice a un sacerdote que está pecando porque no se está adhiriendo exactamente a las normas de la Misa según lo prescrito en la Instrucción General del Misal Romano. Si él o ella no se detienen para entender por qué el sacerdote cree que las adaptaciones son admisibles y pastorales, ¿quién es realmente el pecador?
Cuando esto sucede, “en vano me honran,” dice Jesús. El significado de la Misa se ha perdido.
Hay una jerarquía de normas y leyes. Algunas reglas cambian con las necesidades de los tiempos. De mayor importancia son los Mandamientos de Dios, las Leyes Morales, que nunca cambian. Todos ellos son para ayudarnos en nuestro camino al cielo.
Es correcto hablar cuando somos testigos de la desobediencia, y debemos hacerlo, pero sólo porque nos preocupamos por el crecimiento espiritual del pecador y sólo cuando podemos manejarlo sin ignorar o pasar por alto las razones detrás de la desobediencia. Somos más exitosos guiando a otros a una mayor santidad, cuando nos tomamos el tiempo para entender, primero las raíces de su desobediencia y luego hablar de esos temas con amor.
Así es como llegamos a ser, como dice la segunda lectura, “practicantes de la palabra y no tan sólo oyentes”, ya que, como añade Santiago, la religión “pura” es el cuidado de los demás. Los fariseos en la historia del Evangelio no se preocuparon por el hambre de los discípulos.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Cómo sabes cuando estás siendo hipócrita en tu fe? ¿Cómo manejas el descubrimiento de que has hecho algo sin amor?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
Da un ejemplo de una Ley Moral y un ejemplo de una regla que fue instituida por la Iglesia para atender una necesidad específica durante una época específica. ¿Cómo difieren en importancia? Nombra uno de los 10 Mandamientos o una enseñanza de la Iglesia y explica cómo se convirtió en una oportunidad para que pudieras parecerte más a Cristo.
© Terry Modica