Cómo llevar a los demás hacia la conversión

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

El Espíritu Santo cambia los corazones

Estás llamado a ser la presencia de Cristo donde quiera que vayas y en todo lo que hagas.

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Lunes de la 22da. Semana del Tiempo Ordinario
Septiembre 2, 2024

Oración para hoy:

Padre, perdón por las veces que menosprecié los dones que me diste. Tú me ungiste para que yo también lleve la Buena Noticia hasta los confines de la tierra. Sólo te pido que me cubras con tu amor para que nunca me aparte de ti y que me muestres tu voluntad en cada uno de mis pasos. Amén.

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Lecturas de hoy:

1 Corintios 2, 1-5
Salmo 118, 97-102
Lucas 4, 16-30
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/090224.cfm

Cómo llevar a los demás hacia la conversión

Todos están llamados a ser evangelizadores. Tú eres un misionero ahora mismo, donde Dios ya te ha puesto, tocando las vidas de todos los que encuentras. Eres llamado para ser la presencia de Cristo donde quiera que estés y en todo lo que haces.

No te desanimes cuando fracasas en convencer a alguien para ir a la iglesia o a confiar en Jesús. La pregunta es: ¿has permitido quedarte atrapado en una discusión? San Pablo nos dice, en la primera lectura de hoy, que confiemos en “el poder convincente del espíritu”. Nadie está inspirado en la conversión cuando el debate se siente más como argumentación que como exploraciones amistosas de la verdad. La gente se torna defensiva, porque se sienten presionados a cambiar su punto de vista. La Defensa cierra los oídos de sus corazones, y entonces no se puede escuchar con comprensión.

Sólo el Espíritu Santo concede entendimiento–es un don y el espíritu funciona no en argumentos y convicciones prepotentes, sino en amor y compasión.

Pablo no predicó nada más que a Jesucristo crucificado: con sus palabras y en cómo sirvió. Sin embargo, la crucifixión no es un tema agradable. Y sin embargo, el sacrificio de Cristo es una razón mucho más persuasiva para creer en el amor de Dios que cualquier cosa que podamos decir en un debate.

Cuando los incrédulos están listos para ver lo que Jesús hizo por ellos el Viernes Santo, su resistencia se derrite. Cuando entienden por qué lo hizo, experimentan la conversión. Pero, ¿cómo podemos ayudarlos a ver y comprender sin entrar en discusiones?

Predicamos a Jesús de la manera más efectiva mediante los sacrificios que hacemos en su nombre. Al servir las necesidades de los demás (especialmente cuando no han sido amables con nosotros) y en la imitación de Jesús que fue a la cruz por aquellos que pecaron contra él, damos un poderoso testimonio del amor de Dios.

Como no hay viajes rápidos a la fidelidad, probablemente tengamos mucho tiempo y muchas oportunidades para demostrar que realmente nos importa – repetidamente – antes de que estén listos para comprender la conexión entre nuestro amor sacrificial y el de Cristo. Entonces debemos estar listos para usar palabras para explicar el amor de Dios. Esto es mucho más efectivo que hacer que se sientan culpables por no ir a la iglesia.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús comienza la lección de la sinagoga, y su ministerio público, con: “El Espíritu del Señor está sobre mí”. Fue el Espíritu Santo quien ungió a Jesús y lo envió al mundo para predicar. Del mismo modo, es el Espíritu Santo quien nos unge a ti y a mí y nos envía a salir de la Misa para llevar a Cristo al mundo. Y es el Espíritu Santo (no nosotros) quien cambia los corazones de aquellos a quienes evangelizamos.

No todos prestarán atención a lo que el Espíritu Santo está haciendo y diciendo a través de nosotros. Algunos rechazarán la verdad sin importar cuánto los amemos. Pero cuando las personas experimentan la conversión y el crecimiento espiritual, su nueva fe se fundará no en nuestra sabiduría, sino en el poder de Dios.

Reflexiona más sobre este tema usando nuestro video: “Escuchando al Espíritu Santo” en gnm-media.org/hearing-holy-spirit/. [Con subtítulos en castellano]