Buscando verdadera justicia

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Podemos derrotar al mal con la autoridad de Jesús


Cada vez que hacemos juicios sin el Espíritu Santo, los ángeles caídos son libres de empeorar las cosas.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Martes de la 23ra. Semana del Tiempo Ordinario
Septiembre 10, 2024

Oración para hoy:

Tú me has llamado por mi nombre, Señor Jesús y me envías con el  poder de tu Espíritu a hacer obras de amor como Tú las hiciste. Sáname y líbrame de todos los miedos y complejos que me impidan obedecer a tu llamado. Amén.

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Lecturas de hoy:

1 Corintios 6, 1-11
Salmo 149, 1b-6a.9b
Lucas 6, 12-19
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091024.cfm

Buscando verdadera justicia

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Desde el comienzo de la civilización, Dios ha dado a los líderes terrenales una parte de su autoridad para mantener la ley y el orden y para determinar cómo se deben manejar los desacuerdos y las injusticias – a pesar de que sabía que muchos manejarían mal esta autoridad. San Pablo nos informa, en la primera lectura de hoy, que debemos mantener las disputas con otros cristianos dentro de la comunidad cristiana, en lugar de llevar el caso a aquellos que juzgan según las normas del mundo.

Los juicios inspirados por Dios siempre incluyen misericordia y perdón, reconciliación, humildad, en honor a las necesidades de los demás, desinterés y amor incondicional. El Derecho civil, por el contrario, ofrece represalias. Si me caigo en tu casa y me rompo una pierna, puedo hacerte pagar mi cuenta del hospital. De hecho, el derecho civil en mi país me permite demandarte por el costo del sufrimiento emocional que comenzó cuando mis planes felices fueron arruinados debido al yeso en la pierna – ¡como si pudiéramos poner un precio a eso!

Las leyes de Dios son contrarias a esta forma mundana de hacer justicia. Su ley dicta que te perdone y que no te haga ninguna demanda financiera, aun sintiéndome estafada (como dijo Jesús, poner la otra mejilla). La justicia de Dios significa que le dejo a él hacerse cargo de mi cuenta del hospital. Si decides ayudarme, no es porque te he forzado – ¡es porque estás haciendo el trabajo de Dios!

Ten en cuenta que Pablo está instruyendo a la comunidad cristiana sobre cómo resolver las injusticias internas convirtiendo los problemas en soluciones amorosas. No está sugiriendo que esta es la forma en que un cristiano resuelve un problema con un no-cristiano. No es un pecado tratar con no-cristianos usando su propio sentido de la justicia mundana. ¡Pero qué horror es que los cristianos se traten entre sí de maneras mundanas!

La diferencia es que los cristianos ya han sido justificados por Jesucristo. Además, hemos recibido el Espíritu Santo y, por lo tanto, somos capaces de hacer juicios correctos para la resolución de disputas. Debido a esto, ¡incluso podemos juzgar las acciones de los ángeles! Y, ¿qué es lo que los ángeles hacen que es necesario nuestro juicio? Bueno, podemos juzgar a los ángeles como buenos y darles permiso para continuar haciendo más bien en nuestras vidas y podemos juzgar a los ángeles caídos – demonios – como equivocados y sentenciarlos a la cárcel del silencio y la inactividad.

Y cada vez que hacemos juicios sin el Espíritu Santo los ángeles caídos son libres para empeorar las cosas.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús sanó a personas que tenían problemas por espíritus malignos. Pronunció sentencias contra su interferencia y los condenó a la impotencia para hacer que se detengan. Él nos ha dado la autoridad para hacer lo mismo. Mientras estemos viviendo según los parámetros celestiales podemos, en el nombre de Jesús y por el poder del triunfo de su cruz, tomar una posición exitosa contra el mal. Los demonios deben someterse a nuestra autoridad porque es Jesús el que hace cumplir la sentencia.

© Terry Modica, Good News Ministries