Bendiciones y desgracias

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Jesús explica cómo ir de la aflicción a la bendición


La felicidad eterna sólo surge de una estrecha relación con Dios.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Miércoles de la 23ra. Semana del Tiempo Ordinario
Septiembre 11, 2024

Oración para hoy:

Tú, Señor, eres nuestro alimento. Sin tu Palabra, desfallecemos. Sin tu fuerza, nada podemos. No permitas que creamos que ya todo lo tenemos, si no eres Tú ese sustento. Amén.

Daily Prayer and Reflection¡MEJORA TU DÍA!
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Lecturas de hoy:

1 Corintios 7, 25-31
Salmo 44, 11-17
Lucas 6, 20-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091124.cfm

Bendiciones y desgracias

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Termina esta frase: “¡Pobre de mí; estoy en la miseria porque ___!” En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús explica que, como cristianos, nuestros problemas se basan en lo que es temporal (terrenal, pasajero) y somos bendecidos cuando nos arrepentimos y miramos más allá y vivimos este momento en el Reino de Dios.

Usa esta escritura como una lista de verificación personal:

Bienaventurados ustedes los pobres: Cuando tomar conciencia de lo que te falta hace que te vuelvas a Dios por ayuda, puedes disfrutar de las riquezas de su reino, incluyendo la riqueza del consuelo de Dios.

Bienaventurados ustedes los hambrientos: Puesto que ningún ser humano puede satisfacer todas tus necesidades, el amor de Dios llena los vacíos.

Bienaventurados ustedes los que lloran: Porque te arrepientes de pecar, lloras porque te separa de Dios y te regocijas de que Jesús misericordiosamente ha restaurado tu unión con Dios.

Bienaventurados ustedes cuando los hombres los odien a causa de su fe: Rechazado y perseguido por aquellos que no entienden tu fe, corres a Cristo buscando amor, el cual te lo da a través de otros en tu comunidad de creyentes, donde las amistades duran toda  la eternidad.

Pero “ay de nosotros” cuando nuestra felicidad depende de cómo nos tratan los demás y qué tan rápido se consigue lo que queremos. La palabra que Jesús usó, que hemos traducido como “ay de”, está llena de pesar y compasión; no es un castigo.

Ay de ustedes, los ricos: Si atendemos a nuestros deseos mundanos, nos sentimos orgullosos de nuestros logros y descuidamos nuestra necesidad de Dios. Por lo tanto, sólo tenemos lo que tenemos, porque no somos capaces de abrirnos a las bendiciones sorpresivas que Dios quiere darnos.

Ay de ustedes que están ahora llenos: Es una ilusión pensar que podemos conseguir todo lo que queremos y sentirnos satisfechos por mucho tiempo. Sólo en el cielo podemos estar totalmente satisfechos.

Ay de vosotros los que ahora ríen: Si estamos cortos de vista y con la mente puesta en la temporalidad, nos reímos de los que esperan en Dios, porque parece que tenemos una vida mejor. Pero, cuando surge un problema que no se puede solucionar fácilmente, perdemos nuestra alegría.

Ay de ustedes cuando todos hablan bien de ustedes: ¿Cuánto tiempo dura el elogio de los demás? Su aprobación desaparece en el momento que no somos capaces de ser perfectos. Debemos darnos cuenta de que sólo la aprobación de Dios es la que realmente importa y que él está contento con nosotros por tratar de imitar a Cristo, incluso si fallamos al intentarlo.

La vida en la tierra es corta. Como dice la primera lectura de hoy: El tiempo se está acabando. Tú o yo podríamos morir en cualquier momento. Para ser bendecidos por esa realidad, tenemos que entender que la felicidad eterna sólo viene a través de una estrecha relación con Dios.

© Terry Modica, Good News Ministries