Avivando la luz de Cristo
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
El amor no siempre es lógico o libre de dolor.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Lunes de la 25ta. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Pío Pietrelcina, Presbítero
Septiembre 23, 2024
Oración para hoy:
Tú eres mi luz, Señor y, gracias a ella, puedo reconocer tu presencia y tu obrar. Que tu luz en mí ilumine a aquellos que Tú me envías para que comparta los tesoros que me has confiado. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
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Lecturas de hoy:
Proverbios 3: 27-34
Salmo 15: 1-5
Lucas 8: 16-18
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/092324.cfm
Avivando la luz de Cristo
Jesús dice en la lectura del Evangelio de hoy que nunca debemos ocultar la luz que él nos ha dado. Si queremos estar unidos a Cristo, todo lo que tenemos que es de él debe ser compartido con los demás, porque la naturaleza misma de Cristo es compartir todo lo que es bueno. Aferrarse a cualquier cosa por nosotros es tan diferente a él que su luz dentro de nosotros se debilita y se desvanece, y lo poco a lo que nos aferramos se pierde cada vez más.
Nuestra capacidad de amar como Cristo, por ejemplo, se hace más fuerte cuando damos con sacrificio y de buena gana, como lo hizo él.
La primera lectura de hoy nos explica que, para recibir las bendiciones de Dios, debemos tomar medidas inmediatas (¡inmediatamente!) cuando podemos hacer algo que beneficie a otros. A los humildes, Dios nos muestra misericordia para que podamos estar llenos de bondad hacia los demás, incluso cuando no lo merecen. Él no retiene su amor a nosotros cuando somos arrogantes y desagradables, y debemos tratar a los demás de la misma manera.
La bondad de Dios está siempre disponible para nosotros, pero para experimentarla más, tenemos que estar unidos a él al compartir su bondad con los demás. Cuando tratamos bien a los demás, avivamos el fuego – amenizamos la luz – de nuestra unidad con Cristo, y en esa relación más estrecha, experimentamos más de su amor incondicional y la bondad.
Por el contrario, rompemos la unidad y escondemos la luz de Cristo cada vez que somos miserables en el amor, en donaciones financieras, en las posesiones y con el uso de nuestros talentos y tiempo. Tal egoísmo viene del miedo: Tenemos miedo de que algo malo nos va a pasar si nos entregamos más de lo que calculamos será seguro para regalar. ¡Y podríamos estar en lo cierto! Pero el amor incluye el sacrificio, y el miedo no es de Dios.
El miedo es una oscuridad que envuelve la luz de Cristo. ¿Confiamos en Dios o no? El miedo dice no. ¿Creemos que Dios puede sacar algo bueno de lo malo cuando hacemos el bien? El miedo dice no. El amor dice que sí, pero el amor no siempre es lógico o protegido de dolor. Lo recordamos cada vez que nos fijamos en una imagen de la crucifixión de Cristo.
Jesús dice: “Para cualquiera que tiene, más se le dará,” pero sólo porque lo damos. Si limitamos nuestra generosidad y retenemos el amor o bondad o cualquier otra bendición que Dios nos ha dado, limitamos el combustible de Dios para la llama. Y así, “al que no tiene, aun lo que parece tener le será quitado.” Es peligroso ocultar la luz de Cristo.
¿Cuán ardiente – celosa y emocionada – es tu fe? ¿Está creciendo tu espíritu o marchitándose? ¿Qué estás reteniendo, protegiéndolo para ti mismo? Para llegar a estar más unido a Cristo y toda su bondad, mira hacia adentro y entra en contacto con la alegría que sentirías si te deshaces de los temores que han oscurecido tu vida.
© Terry Modica, Good News Ministries