La curiosidad debe conducir a experiencias celestiales

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Dios nos da lo que deseamos


Tus problemas son temporales, incluyendo los que parecen interminables.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves de la 25ta. Semana del Tiempo Ordinario
Septiembre 26, 2024

Oración para hoy:

¡Alabado seas Jesús! Tú eres el Salvador y el Rey de nuestras vidas. En ti está la plenitud, la razón  y la fuerza de todo nuestro existir. Así deseo reconocerte y recibirte en mi corazón. Amén.

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Lecturas de hoy:

Eclesiastés 1, 2-11
Salmo 89, (1) 3-6.12-14.17
Lucas 9, 7-9
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/092624.cfm

La curiosidad debe conducir a experiencias celestiales

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En la lectura del Evangelio de hoy, se describe a Herodes como “muy curioso” por ver a Jesús. Hasta el momento, ha escuchado mucho acerca de este hacedor de milagros de Nazaret. Él sabe que hay algo especial en él. Herodes era como las personas que acuden a servicios de sanación hoy en busca de milagros, pero no en la búsqueda de Jesús. Cuando por fin encontró a Jesús personalmente, el encuentro no lo cambió. ¿Por qué no?

La respuesta está en la primera lectura. Todo lo que no es de los cielos es sólo temporal. En la visión a largo plazo de la eternidad todo lo que no tiene valor duradero no tiene sentido, sin valor, y nos aferramos a ello en vano. Cuando nos enfocamos en lo que es temporal, cuando basamos nuestros valores en las normas del mundo, y cuando nos esforzamos sólo para una vida más cómoda y fácil aquí en la tierra, no podemos ver quién es realmente Jesús, no podemos entender sus enseñanzas, y la cruz parece que no es más que un instrumento de tortura y destrucción.

Todos somos criaturas de la curiosidad. Nos emocionamos de los milagros y los nuevos descubrimientos nos fascinan, pero si no mejoran nuestra relación con Cristo sólo benefician a nuestras vidas por un corto tiempo. Los descubrimientos espirituales nos benefician para siempre. Herodes no quería conocer a Jesús donde importaba: en su espíritu. No quería que el toque de Dios lo cambiara. Cuando no dejamos que Jesús nos cambie — cuando no le damos la libertad para afectar lo que sea en nuestra vida que es temporal – nuestros logros son en última instancia, inútiles y vanos.

Nos gusta la aventura. Nos vamos de peregrinaciones y visitas a lugares de nuevo descubrimiento. Asistimos a conferencias edificantes y eventos especiales de la iglesia para conseguir experiencias cúspides pero todo es temporal. Mientras que la cima de la montaña nos acerca a Dios, el tiempo que pasé allí se desperdicia a menos que seamos eternamente cambiados por él — un cambio que se evidencia en el valle.

Tus problemas son temporales, también, incluyendo los que parecen interminables. Pero si en tus sufrimientos no hay cambio que transfigura a tu alma e irradia a Jesús hacia afuera, cualquier alivio que se obtiene de la resolución del problema es temporal y vano.

Si alguna vez has visitado Tierra Santa has visto el lado temporal de Jesús. Los lugares donde alguna vez caminó, sanó y predicó el reino de Dios se pueden ver sólo como iglesias envejecidas, iconos borrosos, azulejos bizantinos desgastados y piedra en ruinas. Podemos pararnos encima del Monte Tabor donde Jesús se transfiguró, y aunque estemos muy bien acogidos por estar ahí, si no hay ningún cambio que transfigura nuestra alma e irradia Jesús hacia afuera de nosotros, ha sido una experiencia sin sentido y vana.

Para que nuestras vidas sean llenas de un valor duradero, tenemos que sentir curiosidad por lo que Jesús quiere hacer en nuestros espíritus. Nuestro entusiasmo debe estar basado en los cambios que bendecirán el reino de Dios para siempre.

© Terry Modica, Good News Ministries