Perteneciendo a Dios

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

¿Qué tienes que Dios desea compartir con otros?


Nuestros miedos se transforman en confianza cuando meditamos sobre lo que significa pertenecer a Dios.


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Lunes de la 29na. Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 21, 2024

Oración para hoy:

Señor mío, ayúdame a que tú seas el tesoro que busque mi corazón. ¡Alabado seas, Amor Eterno de la humanidad! Amén.

Oración y Reflexión Diaria¡MEJORA TU DÍA!
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Lecturas de hoy:

Efesios 2, 1-10
Salmo 99, 1b-5
Lucas 12, 13-21
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102124.cfm

Perteneciendo a Dios

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“El Señor nos hizo y pertenecemos a él.” Esta es la respuesta del salmista al amor de Dios en el salmo responsorial de hoy.

San Pablo nos recuerda en la primera lectura que solíamos estar muertos espiritualmente, siguiendo los caminos del diablo en su reino de la desobediencia en lugar de seguir a Cristo.  Pero Dios, en su misericordia generosa, nos atrajo al don de la vida que él nos proporcionó cuando Jesús murió por nuestros pecados.

¿Qué hacemos con este regalo de vida?

Pablo continúa diciendo que somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para las buenas obras que él preparó de antemano para que nosotros hagamos. ¿Has descubierto ya lo que Dios ha preparado para que hagas? ¿Eres un Católico con propósito, inspirado divinamente? (Este es el tema del documento del Concilio Vaticano II llamado “El Decreto sobre el Apostolado de los Laicos”.)

Ya que pertenecemos a aquel que nos hizo, todo lo que tenemos pertenece también a él. Como Jesús indica en el pasaje del Evangelio de hoy, esto incluye cualquier riqueza que tenemos, ya sea pequeña o grande, financiera o de otro tipo. ¿Por qué almacenar posesiones, dinero, habilidades o talentos para nuestro propio uso, cuando Dios tiene un uso más grande para ellos? ¿Qué tienes que Dios quiere compartir con los demás?

Dios no es un papá estricto que nos obliga a compartir nuestros juguetes con nuestras hermanas y hermanos. Más bien, Dios es la fuente de nuestra vida, de nuestro dinero y de todo lo que es bueno para nosotros. Él es la fuente de los alimentos que comemos, el techo sobre nuestras cabezas y las computadoras que nos conectan con las Buenas Nuevas digitales. Él tiene un propósito más grande para todo lo que nos ofrece; un propósito que va más allá de servirnos sólo a nosotros y a nuestras familias.

Si tú estás enfrentando el desempleo, ¿Le estás preguntando a Dios cómo quiere él usar tus talentos y tu inteligencia? Si te falta la oportunidad de alcanzar un sueño al que te has estado aferrando, ¿estás dispuesto a dejar que te mueva fuera de tu zona de confort en algo que de otra manera nunca habrías considerado?

Fuentes materiales como la solución a nuestros problemas son ayuda sólo temporal, no eterna. La ayuda de Dios está aquí, ahora y eternamente. ¿Realmente crees esto? He aquí una manera de medirlo. (¿Seguro que deseas seguir leyendo esto?) ¿Cuánto dinero pones en la canasta de la colecta en la iglesia?

Como una que llevo la canasta de arriba a abajo los bancos, les puedo decir que la mayoría de los católicos no saben lo que significa pertenecer a Dios. Al parecer, la mayoría de los católicos piensan que Dios es la fuente de los salarios del personal de la iglesia y los pagos de la electricidad y la hipoteca y la limpieza de alfombras y reparaciones de plomería, y así sucesivamente – sin mucha ayuda de nosotros. Al mismo tiempo, nos olvidamos de que Dios es también la fuente de nuestras propias finanzas.

Dios va a enviar un cheque grande del cielo a la mesa del sacerdote para cubrir las cuentas de la parroquia con suficiente de sobra para ayudar a los necesitados – pero ¿cómo va a hacerlo, si nosotros no compartimos lo que él nos ha dado?

Yo solía tener miedo de que si yo donaba un diezmo (10%) de nuestros ingresos de la familia, al igual que la escritura nos dice, acabaríamos con nuestra casa embargada y nuestro coche embargado. Ahora, date cuenta de que el diezmo es el pensamiento del Antiguo Testamento. El pensamiento del Nuevo Testamento — pensamiento cristiano — es ejemplificado por la comunidad de los creyentes en el libro de los Hechos: Nadie se atribuyó ninguna de sus posesiones como propia, sino que las compartían (lee Hechos 4: 32-35).

¿Cómo es posible este tipo de generosidad? Nuestros miedos cambian a confianza cuando meditamos sobre lo que significa pertenecer a Dios.

© Terry A. Modica, Good News Ministries