¿Puede la astucia ser buena?
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Benditos los mansos que establecen límites saludables, incluso cuando causan problemas.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 31ra. Semana del Tiempo Ordinario
Noviembre 8, 2024
Oración para hoy:
Amado Señor: dame la gracia y la fortaleza que necesito para cancelar las deudas de quienes me han herido porque antes Tú, has cancelado las mías. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Filipenses 3, 17 a -4, 1
Salmo 121, 1-5
Lucas 16, 1-8
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110824.cfm
¿Puede la astucia ser buena?
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos da una parábola acerca de la astucia: un rico hombre de negocios elogia a su empleado deshonesto por ser emprendedor. ¿Por qué? Debido a que los que son del mundo tienen más iniciativa que los cristianos en el trato con sus semejantes. ¿Por qué? Supongo que es porque los cristianos son demasiado mansos. “Bienaventurados los mansos,” dijo Jesús y “perdona setenta veces siete”, por lo que tranquilamente nos escapamos de las oportunidades para hacer frente a las injusticias de los demás cristianos.
Ser humilde no significa ser débil. Las escrituras nos dicen que Jesús era “manso y humilde de corazón”. ¿Fue débil Jesús? ¿Fue manso cuando se puso de pie frente a los fariseos y les corrigió?
La mansedumbre a la manera de Cristo significa tener un enfoque firme en hacer la voluntad de Dios. Significa enfrentar a la oposición firmemente pero sin menospreciar a los demás, sin arrojarles piedras, y sin desear su desaparición.
La parábola de Jesús expresa que debemos ser firmes y fuertes en el manejo de problemas. Se supone que tenemos que encontrar una manera ingeniosa para esquivar los obstáculos que interfieren con la realización de la voluntad de Dios. Es mejor ser engañosos que renunciar. Dios quiere que seamos emprendedores. Ser como Jesús es atacar los problemas con entusiasmo.
¿Dónde debemos trazar la línea entre la astucia inteligente y la falta de honradez del pecado? En el Amor. Ahí está el límite.
Si podemos hablar de lo que está bien con amor y compasión, sin condena y sin sentirnos superiores, ¡entonces tenemos que hablar! Cuando alguien nos da un cachetazo en nuestras notorias mejillas, debemos mantenernos firmes en nuestro lugar y usar esa posición para evitar mayor daño, mientras perdonamos al que nos está lastimando. Cuando la puerta de la oportunidad de servir al Señor es cerrada de golpe en nuestra cara, con amor por aquellos que están trabajando en contra de los deseos de Dios, elegimos no luchar contra ellos, pero no nos quedamos quietos. Buscamos una puerta diferente que dará lugar a una nueva oportunidad.
Sin amor, la astucia es repugnante.
Quizás un ejemplo ayude. Mi marido y yo teníamos un amigo que era alcohólico y lujurioso. En su enfermedad, que causó un gran daño, a menudo se comportaba, como se dice en la primera lectura de hoy, como un enemigo de la cruz de Cristo, a pesar de que él era un líder cristiano. Durante un tiempo, Dios quiso que camináramos una milla más con él para señalarle el camino al arrepentimiento y la recuperación. Pero él continuó eligiendo el camino de la destrucción. Rechazó nuestra firme posición sobre la verdad.
Se hizo evidente que el mayor acto de amor que podríamos ofrecerle era denunciarlo a las autoridades, una decisión “tortuosa”, con las mismas lágrimas que derramó Pablo por aquellos que tienen la mente ocupada con cosas terrenales.
El amor es a veces un límite muy tortuoso. Bienaventurados los mansos, que ponen límites saludables, incluso cuando causan problemas.
© Terry A. Modica, Good News Ministries