La gloria del día del juicio final
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Donde parezca que el demonio está ganando, es temporal. Jesús ya ha ganado.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 34ta. Semana del Tiempo Ordinario
Noviembre 26, 2024
Oración para hoy:
Gracias mi Señor, porque Tú me hablas y me enseñas cada día a reconocer tu voz y a mirar más allá de las cosas terrenales. Amén
¡Mejora tu día!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Apocalipsis 14, 14-19
Salmo 95, 10-13
Lucas 21,5-11
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112624.cfm
La gloria del día del juicio final
¿Tienes miedo de ser juzgado por Jesús? ¡Que no te dé miedo! El día del juicio final es una buena noticia para nosotros y una mala noticia para el mal.
Considera que la Biblia entera es la historia de la salvación -es tu historia, tu viaje al cielo. Comenzó en el libro del Génesis, cuando Dios creó a la humanidad y supo bien que tú alguna vez ibas a ser una de sus obras maestras. Él dijo “¡Esto es bueno!” No estaba hablando genéricamente. No estaba hablando solamente de Adán y Eva ni de los demás primeros humanos. El Creador que todo lo sabe se refería a ti también.
“¡Esto es bueno!” dijo de ti en el preciso momento en que fuiste concebido en el vientre de tu madre. Te convertiste en su hijo preciado cuando tu vida comenzó; no cuando respiraste por primera vez, no cuando tu corazón fetal comenzó a latir, sino cuando Dios eligió un espermatozoide de entre 200 millones para que se uniera con un óvulo, creándote a ti de manera especial.
Durante el transcurso de tu vida fuera del vientre, tú has sido como los israelitas del Antiguo Testamento: has estado viajando hacia el Salvador, a veces yendo en direcciones equivocadas, pero finalmente llegando a la tierra prometida donde estás ahora. Tu historia terminará en el libro del Apocalipsis, cuando el cielo se te revele en toda su gloria.
En el Evangelio de hoy, Jesús y sus discípulos conversan sobre el día del juicio final. El salmo responsorial dice, “El Señor viene a juzgar a la tierra”. En la primera lectura, Jesús recoge dos tipos de cosechas: la cosecha de la tierra y la de la vid.
En la cosecha de la tierra, el pueblo de Dios está reunido en el cielo. Esta lectura está conectada con Mateo 9,37, donde Jesús pide que aumente el número de trabajadores para cosechar los campos del reino de Dios.
En la vendimia, toda malicia es cortada de la tierra y destruida. Este versículo está conectado a Isaías 63,3, donde las vestiduras del Mesías están manchadas por la sangre de los malhechores.
Nos sentimos agradecidos por su sacrificio para curar nuestros pecados. Por lo tanto, ya hemos sido redimidos. Cuando morimos, nosotros los redimidos seremos bendecidos y llenos de alegría porque habremos sido librados del mal. (Incluso los que están en el purgatorio se regocijan, porque han escapado de Satanás y de sus planes destructivos). Mientras tanto, Jesús nos advierte que tengamos cuidado con creencias falsas y decisiones impías.
Mientras estemos viviendo nuestra historia en la tierra, los dolores y las contiendas y las demás luchas que soportamos son usadas por Dios -con nuestro consentimiento para fortalecer nuestra vivencia victoriosa. Los terremotos causados por planes frustrados, la hambruna causada por el amor insuficiente de los demás, y las plagas producidas por enfermedades y dificultades son redimidos por Dios en su totalidad -si se lo permitimos para que ningún tipo de mal pueda triunfar. Donde parezca que está ganando el mal en este momento, es sólo temporal. Jesús ya ha ganado la batalla.
© Terry A. Modica, Good News Ministries