¿Qué hay en tu lista de deseos de Navidad?
Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Desear dones materiales sin querer compartirlos con los demás es codicia.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 1ra. Semana de Adviento
Diciembre 4, 2024
Oración para hoy:
Señor, que tu voz encuentre mi corazón dispuesto a replantear mi vida para seguirte a ti. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Isaías 25, 6-10a
Salmo 22, 1-6
Mateo 15, 29-37
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/120424.cfm
¿Qué hay en tu lista de deseos de Navidad?
¿Recuerdas cuando eras niño qué sentías al acercarse la Navidad? Si te criaste en un hogar cristiano, asociabas la emoción de la temporada al cumpleaños de Jesús. Pero una gran parte del Adviento, para la mayoría de nosotros, se centró en nuestras listas de deseos de Navidad. Pasamos mucho tiempo esperando obtener todo lo que queríamos.
Hoy en día como adultos, entendemos que deberíamos concentrarnos más en las necesidades de los demás que en nosotros mismos. Sin embargo, antes de ponernos carbón en nuestros calcetines como penitencia por nuestro egoísmo por hacer listas de deseos de nuevo, echemos un vistazo a las razones psicológicas de la avaricia.
No hay nada malo con esperar regalos. Dios quiere que seamos abiertos a recibir más de lo que tenemos, porque es tan generoso y tiene tan gran amor por nosotros. Sin embargo desear regalos materialistas sin querer compartirlos con otras personas es avaricia.
Y la avaricia es una reacción por las necesidades insatisfechas. La cura para esto es la fe – la fe de que Dios cubre todas nuestras necesidades.
No hay padres, no hay amigos, no hay esposos que puedan darnos todo lo que necesitamos. Desearíamos que lo hicieran, pero debemos poner nuestra esperanza en Dios. Sólo Dios puede ser todo lo que necesitamos para lograr todo lo que necesitamos. Pero si no nos volvemos a Dios para pedirle que nos colme – a menos que primero confiemos en Él para todo- continuaremos teniendo deseos egoístas brotando de necesidades insatisfechas.
Dios quiere que le demos nuestras “listas navideñas de deseos” y entonces confiar en que Él cuidará de nosotros en su forma perfecta, en su momento perfecto, en su generosidad perfecta.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús acaba de dar un seminario de tres días. Su mensaje fue tan cautivador que la mayoría de la gente olvidó ir a casa a comer.
Jesús comprendió sus necesidades. Se preocupó por ellos tanto que realizó un milagro, tomando lo que era insuficiente y convirtiéndolo en una montaña generosa de más de lo que era necesario. ¿Te das cuenta que Jesús quiere dar más de lo necesario?
La primera lectura de hoy, dice, “El Señor de los ejércitos proveerá a todos los pueblos”. El salmo responsorial dice: “el Señor es mi pastor; nada me faltará”.
Jesús entiende tus necesidades. ¡Jesús se preocupa por ti! ¡Él puede y quiere darte más de lo que tú necesitas!
¿Por qué nos cuesta tanto creerlo? Porque primero tenemos que volvernos a Él y confiar, en lugar de exigirlo de la gente que nos rodea.
Jesús a menudo nos provee a través de nuestros propios talentos y la gente que ha puesto en nuestras vidas, al igual que proveyó a la multitud en la ladera de la montaña usando el pescado y el pan de la gente, pero debemos dejar que Él decida la mejor manera de cuidar de nosotros. El realmente disfruta tomando lo que es muy poco y multiplicándolo en demasiado.
Da a Dios tu “lista de deseos ” y déjale hacer algo sorprendente con ella. No tengas ninguna expectativa de lo que hará. No le hagas ninguna demanda sobre ella. Que El lo haga a su manera, ¡y los resultados serán mejores de lo que puedas imaginar!
© Terry A. Modica, Good News Ministries