¿Sabes por qué Dios se regocija por ti?

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica


Hoy haces este pacto con el Señor: Él será tu Dios y tú caminarás por sus senderos. (De la primera lectura del Sábado)


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Sábado de la I semana de Cuaresma
Marzo 15, 2025

Lecturas de hoy:

Deuteronomio 26, 16-19
Salmo 118, 1-2.4-5.7-8
Mateo 5, 43-48
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031525.cfm

¿Sabes por qué Dios se regocija por ti?

En tu momento de oración, imagina a Dios con una sonrisa radiante porque está muy complacido contigo. Imagina que le dice a los ángeles alrededor de su trono lo magnífico que eres. ¿Qué está diciendo?

Dios ha hecho un pacto contigo: “¡Yo te elevaré en alabanza, renombre y gloria!” (Mira la Primera Lectura del sábado, Deuteronomio 26, 16-19.)

Ya que tú cumples con tu parte del pacto — tratando de crecer en la fe — estás, en efecto, alabando y glorificando a Dios. A través de tus actos de fe y de tu comportamiento, que surgen de tu crecimiento en la fe, estás reconociendo que sus caminos son buenos.

¡Por lo tanto, Dios Padre está glorificándote y alabándote a ti! ¡Sí, en serio! Está tan complacido contigo que está diciéndole a los ángeles cuán maravilloso eres. ¡Sí, en serio!

Cuando nuestros actos no están de acuerdo con nuestra fe verdadera y, si no queremos ir donde Jesús nos quiere llevar en el camino de la fe, entonces estamos rompiendo el pacto que Dios hizo con nosotros. Estamos rompiendo nuestra relación con Dios.

La promesa está siempre allí, como una pared infranqueable protegiéndonos del mal, porque Dios nunca deja de cumplir su parte del pacto. Así, cuando no mantenemos nuestra parte del pacto, sólo nos quebramos a nosotros mismo. ¡Auch!

Es fácil decir con nuestros labios que los caminos de Dios son buenos, pero cuando nuestro comportamiento no está de acuerdo con el pacto que Dios hizo con nosotros, nos lastimamos. Nos quebramos. Sentimos dolor, agotamiento, preocupación, temor, soledad y falta de amor. Y herimos a los demás al mismo tiempo.

Los caminos de Dios también pueden parecer dolorosos. En el pasaje del Evangelio de este sábado (Mateo 5, 43-48), Jesús nos dice que debemos amar a nuestros enemigos. ¡Auch!

Duele dar amor sin ser amado a cambio. Pero ese es una clase de dolor diferente, es el dolor de la Cruz. Es unión perfecta con Cristo. En medio de este dolor, el Señor es nuestro Dios y nuestro pacto de relación con él nos fortalece y nos bendice. Él nos glorifica.

Regocíjate porque sufres con Jesús y experimenta el gozo de su gloriosa resurrección, en lugar de sufrir por tu propia destrucción al apartarte de Jesús. ¡Sí, en serio!

© 2025 por Terry A. Modica

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