¿Dios te necesita?

Todo está cumplido

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¿Cuántas veces te habrás preguntado si Dios te necesita, o no, para realizar sus obras? ¿Qué importancia tiene tu participación en todos sus designios? En este video, Graciela analiza el pasaje del Evangelio de Juan 9, versículos 6 y 7 y nos comparte alguno de los signos que Jesús dejó en las escrituras y que te darán luz para descubrir las respuestas correctas. Dos mensajes nos deja esta Escritura que son importantes para nuestra vida.

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En este nuevo encuentro de Camino de Fe, podemos descubrir en el pasaje del Evangelio de  Juan 9, 6-7, un gesto que Jesús realiza al sanar a un ciego en la piscina de Siloé, luego de hacer barro con su saliva.

Él mezcla su saliva con la tierra y hace barro. Ese barro lo coloca sobre los ojos del ciego y lo manda a lavarse en la piscina. Sabemos que su saliva representa la Divinidad y la tierra al hombre, pero hay otro aspecto a veces poco conocido. En Israel, había una costumbre para saber y demostrar si un hijo era el verdadero primogénito o no. El secreto estaba en su saliva. ¿En la saliva de una persona? Sí, la saliva del verdadero primogénito tenía un poder especial y en esto estaba la prueba irrefutable de su herencia.

Y es aquí donde podemos claramente descubrir dos mensajes: 

  • Jesús nos da a entender que él es el primogénito, el hijo de Dios, el heredero del Reino, el mesías esperado.
  • Viene a asociarse con el hombre, a trabajar junto a él y con él.

También el Evangelio de Juan, capítulo 6, “La Multiplicación de los Panes”, no aclara que sí, Dios te necesita y nos muestra cómo trabaja contigo.


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