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¿A veces te sientes cansado de tanto luchar contra el mal? ¿Sientes que se te caen los brazos? ¿Sientes que haces un gran esfuerzo por tu familia, amigos, por tus seres queridos para que tengan una vida en Dios, porque los ves infelices, insatisfechos y, a veces, a punto de perder su salvación?
¿Te da la sensación de que el mal está arrasando a nuestra cultura, a nuestra sociedad, a nuestros valores y creencias? Cuando ves que a lo malo se le dice bueno y a lo bueno se le dice malo ¿te sientes impotente y que ya no tienes fuerzas de seguir tratando de convencer a los demás? No estás solo, nos pasa frecuentemente, pero… ¿por qué? Tal vez nos esté faltando algo.
En este video, Graciela y Fernando, con una sencilla canción, nos cuentan qué nos falta y por qué esta guerra, aunque parece perdida, fue ganada hace muchos años.
Cuando miramos a nuestro alrededor y vemos al mal arrasando, llevándose a nuestros seres queridos, amigos y familiares, podríamos llegar a creer que está todo perdido. Se nos caen los brazos, sentimos que nuestros esfuerzos son inútiles, miramos al cielo y pensamos: “¡Cuándo vendrá Jesús por segunda vez a llevarse todo el mal!”
Pero nos olvidamos que Jesús está aquí y ahora y nunca nos ha dejado (como él lo prometió). El problema radica en que su Espíritu Santo actúa venciendo al mal siempre y cuando nosotros lo dejemos actuar. Tenemos que volver a mirar las primeras comunidades cristianas (en el Libro de los Hechos de los Apóstoles están los ejemplos) e imitar su valentía para recurrir, asiduamente, al poder de Dios. Sólo el poder sobrenatural de Dios puede convencer, evangelizar y vencer en nosotros y a través de nosotros.
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