Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
La Navidad es un nuevo nacimiento de Jesús en nuestros corazones para que Dios pueda hacer amistad gozosa con nosotros.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Fiesta de San Juan, Apóstol y Evangelista
Diciembre 27, 2023
Oración para hoy:
Señor, Tú me hablas claramente día tras día. Te pido la gracia de ser arriesgado para compartir con mis hermanos las maravillas que haces por mí. Amén.
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Lecturas de hoy:
1 Juan 1, 1-4
Salmo 97 (96), 1-2.5-6.11-12
Juan 20, 1-8
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122723.cfm
Vivos en la amistad con el Señor
Usemos la primera lectura como una meditación navideña.
¿Qué has “visto y oído” acerca de Dios en esta Navidad?
¿Se te ha manifestado de forma visible la vida de Cristo?
¿Ha sido esta Navidad, un momento para experimentar la comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo?
Sin importar lo que salga mal esta Navidad – lo imperfecto, lo frustrante, lo que puso a prueba tu fe o tu fuerza de carácter, lo solitario o insatisfactorio – estás en comunión con Cristo niño y su Papi celestial.
Todo lo que sucedió que fue bueno, correcto y una fuente de alegría, también sucedió en la comunidad con la maravillosa compañía de Dios.
¿Puedes ver las buenas nuevas al experimentar esta santa comunión? ¿Puedes escuchar la presencia de Dios?
El salmo responsorial de hoy nos llama a alegrarnos en el Señor. Dice “las montañas se derriten como cera ante el Señor.” ¡Cualquiera que sea el tamaño de la montaña de dificultades que has experimentado durante esta Navidad (o cuando los problemas parecen ser insuperables), realmente es nada (nada de nada, cero, inexistente) comparado con la grandeza del Señor! Dale tiempo, deja que termine de trabajar en el plan que está haciendo, y tú serás testigo de esas montañas derritiéndose. ¡Garantizado! ¡Es una promesa sagrada!
La Navidad es un tiempo de esperanza, paz y buena voluntad hacia todos; por lo tanto, esperamos lo ideal, pero nos decepcionamos con lo real. Deseamos que la Navidad sea mejor que el resto del año. Sin embargo, la Navidad es más que una fiesta que sucede en circunstancias externas. Es un nuevo nacimiento de Jesús en nuestros corazones, para que así Dios, que nos ama inconmensurablemente, pueda estar alegremente en comunión con nosotros y extender su amistad hacia los demás, por medio de nosotros.
Esa es la única fuente verdadera de paz y buena voluntad. Eso es lo que verdaderamente es real. Las montañas de problemas no son reales; sólo son temporales. La máxima realidad es la comunión eterna de Dios con nosotros.
Es por esto por lo que María Magdalena y los otros discípulos se emocionaron con el sepulcro vacío (la lectura del Evangelio de hoy). Los demás que vieron el sepulcro vacío o escucharon sobre la resurrección, tuvieron reacciones opuestas. Los únicos que estaban contentos con ello, fueron los que permitieron que su comunión con Cristo penetrara hacia una relación interior de amor mutuo.
Y eso, mis amigos, son las buenas nuevas de la vida de Cristo que se hizo visible. ¡Y necesitan ser proclamadas! Como dice san Juan, nuestra alegría es completa cuando anunciamos las buenas nuevas a los demás.
Si solamente reflexionamos en privado las buenas nuevas, nuestros espíritus se alzan por un momento. Pero si buscamos a alguien que escuche cuando vocalizamos nuestras experiencias de comunión con el Señor, daremos a luz a Jesús más plenamente en el mundo.
Al compartir las buenas nuevas, multiplicamos las buenas nuevas. Somos bendecidos. Los demás son bendecidos. Dios es bendecido.
© 2023 por Terry A. Modica
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