Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Jesús murió en la cruz y nos dio su Espíritu para que podamos vivir en el perdón de Dios.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
2do. Domingo de Pascua – Divina Misericordia
Abril 27, 2025
Oración para hoy:
Amado Señor Jesús: que mi razón y mis sentidos jamás sean un obstáculo para mi fe. Quiero estar siempre allí, donde tú me necesitas. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Hechos 5, 12-16
Salmo 117, 1-4.13-15.22-24
Apocalipsis 1, 9-13.17-19
Juan 20, 19-31
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042725.cfm
Vivo en el Espíritu de Misericordia
La lectura del Evangelio de este domingo prepara el escenario para Pentecostés. Antes de darnos el regalo completo de su Espíritu, Jesús ofrece el don de la paz, el don de su corazón. Un don sobrenatural, que penetra profundamente en nuestros propios corazones. Es la apacible presencia de Cristo cuando nos enfrentamos a desafíos y dificultades.
Jesús se lo confiere dos veces a sus primeros apóstoles en la misma reunión, poco después de su resurrección. Luego les dio el aliento vital de Dios, el Espíritu Santo, y les encomendó el sacerdocio de perdonar los pecados de los demás — otro regalo que nos trae paz.
Este don de la paz ha sido distribuido por Jesús desde entonces, a través del sacerdocio ordenado, en lo que ahora llamamos el Sacramento de la Reconciliación y para mantenernos constantes en nuestros esfuerzos para la santidad, Jesús nos da el aliento de Dios. Este aliento, esta presencia del Espíritu de Dios, que sostiene la vida, que creó el mundo y que nos mantiene espiritualmente vivos, es el Espíritu Santo – la santidad de Dios activándonos y habitando en nosotros.
Lo que no es santo — que no proviene del Espíritu — es pecaminoso y destructivo. Jesús, que es la encarnación de la Divina Misericordia, murió en la cruz y nos dio su Espíritu para que pudiéramos vivir en el perdón de Dios.
Cada vez que rezas el “Padre Nuestro”, hazlo lenta y deliberadamente y presta atención a estas palabras: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Piensa en las personas que te han irritado o que se comportan hirientes contigo y no sienten ningún remordimiento. Perdónalos conscientemente durante esta oración.
De lo contrario, tu falta de perdón podría afectar sus almas eternas, así como la tuya, porque les estás negando la oportunidad de entender el perdón de Dios a través de tu ejemplo, y estás negando a Dios la oportunidad que te perdone por tu pecado de falta de perdón.
El perdón no significa aprobar el pecado ni olvidar lo que se hizo, significa dejar de lado el deseo de tomar represalias, significa elegir amar sin importar si es merecido o no, es entrar de nuevo en el regalo de la paz de Cristo.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Quién, en tu vida, es la persona más difícil de perdonar? ¡Tal vez seas tú mismo! ¿Qué pecados estás reteniendo al negarte a aceptar que Dios dispuso su perdón para contigo a través de la cruz y la resurrección? ¿Qué vas a hacer esta semana para dejar de lado la falta de perdón?
Preguntas para Compartir con la Familia y la Comunidad de fe:
Nombra una situación que ilustre el poder de la resurrección del perdón. ¿Cómo ayudó el Espíritu Santo a hacer más fácil el perdón? ¿Qué cambió cuando se dio el perdón? ¿Cómo trajo esto, el reino de Dios a la tierra?
Reflexiona más sobre este tema con nuestro video: “¿Qué hago frente a la injusticia?” en https://buenasnuevascatolicas.org/videos/camino-de-fe/que-hago-frente-injusticia/
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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