Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Las relaciones son la parte más importante de la vida. ¡No podemos ir al cielo sin ellas!
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 10ma. Semana del tiempo Ordinario
Memorial de San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia
Junio 13, 2025
Oración para hoy:
Amado Señor: dame pureza de corazón para que tu Espíritu Santo pueda obrar en mí, dando frutos buenos y bendiciones en mi hogar. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
2 Corintios 4, 6-15
Sal 115,10-18
Mateo 5, 27-32
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/061325.cfm
¿Por qué Jesús habla tan fuertemente sobre el adulterio?
Nuestra lectura del Evangelio de hoy contiene un mensaje muy duro: cualquier cosa en tu vida que maneje tus vulnerabilidades y contribuya al pecado debería ser desechada, cortada, tirada, terminada, eliminada, sin espacio para “Bueno, tal vez esta vez está bien.”
Adjunto a este mensaje, como prioridad superior y línea de fondo, hay una advertencia sobre el adulterio. Si sólo miramos a alguien con lujuria, cometemos adulterio. Si tenemos un matrimonio válido pero nos divorciamos y volvemos a casarnos, cometemos adulterio (por eso la Iglesia requiere que la gente primero pruebe que los matrimonios anteriores no eran matrimonios verdaderos antes de aceptar otra boda).
Todo lo que contribuye al adulterio debe ser cortado, tirado, terminado, eliminado, sin espacio para excusas y racionalizaciones.
¿Por qué el adulterio es un pecado tan inmensamente significativo? ¿Por qué Jesús habla tan fuertemente de ello? ¿Por qué lo atribuye a esta enseñanza en particular? Porque las relaciones son la parte más importante de la vida. ¡No podemos llegar al cielo sin ellas!
El Padre quiere – realmente, realmente, con anhelo quiere – pasar la eternidad en maravillosas relaciones con sus hijos. Jesús se preocupó hasta el punto de soportar una muerte dolorosa para asegurar nuestro futuro en el cielo. El Espíritu Santo trabaja para asegurarnos de tener una buena relación con él aquí y ahora y para siempre. Y Jesús dejó en claro que el camino hacia el cielo está lleno del amor de unos por otros.
La lujuria destruye las relaciones. Cuando las personas sienten lujuria (en vez de amor), su relación con Dios es ignorada o – peor – rota. Cuando una persona inflige su lujuria sobre otra, surge una víctima herida.
Todavía recordamos muy bien el escándalo de los representantes de Cristo violando a los niños con su lujuria y lloramos porque el mismo Cristo ha sido violado por tan terrible representación. Pero no menos adúltera es la lujuria hacia un adulto. Vivimos en un mundo donde la lujuria entre los adultos que la consienten, a pesar de su estado civil y género, se considera una expresión sana del amor y el cumplimiento de una necesidad física importante. Nadie es una víctima, al parecer y, por lo tanto, ¿por qué tomar una posición en contra de ella?
Y, sin embargo, hay una víctima. La lujuria es una violación de la imagen de Cristo. Destruye el mensaje de la fidelidad de Dios. La lujuria en cualquier forma hacia alguien es anti evangelización.
Somos vasos de barro, como dice en la primera lectura de hoy, vulnerables al pecado, perteneciendo demasiado al mundo, y nos agrietamos fácilmente. Sin embargo, tenemos un tesoro importante dentro: Dios. Con la ayuda del Espíritu Santo de Dios, podemos conquistar nuestros deseos pecaminosos y desarrollar un amor puro por Dios y potenciar un testimonio fiel y santo de amor por los demás que ayuda a más personas a recibir el amor puro de Cristo.
Continúa reflexionando con nuestro PalabrasVivas: “Ganando la carrera contra el pecado” en https://buenasnuevascatolicas.org/carrera-pecado/
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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