¿Confías en Dios Padre como en un amigo verdadero?

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

Dios Padre es tu mejor amigo


“Les suplicamos en nombre de Cristo: reconcíliense con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros, lo hizo pecado para que en él llegáramos a justos ante Dios.” (Lucas 2, 21)


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Sábado de la 10ma. Semana del Tiempo Ordinario
Junio 14, 2025

Lecturas de hoy:

2 Corintios 5, 14-21
Salmo 102, 1-4.9-12
Mateo 5, 33-37
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/061425.cfm

¿Confías en Dios Padre como en un amigo verdadero?

Tuve una relación maravillosa con Jesús desde mi más temprana infancia, hasta donde alcanza mi memoria. Crecí creyendo que Jesús era mi Mejor Amigo. Cuando me sentía sola, acudía a Jesús. Cuando me sentía incomprendida por mi padre, Jesús se sentaba conmigo en mi habitación mientras yo lloraba en la cama. Cuando olvidaba una fecha de entrega de tarea y me sentía angustiada y con un nudo en el estómago, sabía que Jesús me amaba de todas formas. Él me animaba a mejorar, fortaleciendo mi confianza (no mi culpa).

Dios Padre, en cambio, podía aumentar mi culpa (una idea equivocada). Lo veía como El Gran Disciplinador. Pensaba que, como ya recibía suficiente disciplina de parte de mi papá, ¿para qué iba a pasar tiempo con Dios Padre? Mis padres no me ofrecían amistad, así que nunca se me ocurrió que podía tener una relación de amistad con Dios como Padre. Para eso estaba Jesús.

Sin embargo, la razón por la que Jesús nos llama “amigos” es porque, como nos dice la Escritura (Juan 15, 15), Él lo aprendió de su Padre. De hecho, todo lo que enseñó, lo aprendió del Padre. Jesús nos dio a conocer lo que el Padre le había dado a conocer a Él: NOSOTROS. SOMOS. AMIGOS. DEL. PADRE.

Permíteme decirlo de otra manera. Jesús tenía una amistad con su Padre — no solo una relación de filiación. Y lo que Jesús tenía, Jesús lo dio. Si somos amigos de Jesús, debería resultarnos natural experimentar una amistad con el Padre. Pero para mí, eso era algo inimaginable.

Como muchos de los que están leyendo esto, yo nunca experimenté una amistad cercana con mi papá. La idea de confiarle mis cosas, de sentirme escuchada y comprendida como me ocurría con mis verdaderos amigos — era un concepto tan ajeno para mí, que ni siquiera lo imaginaba.

Por lo tanto, tampoco podía yo imaginar que Dios Padre podía ser un amigo.

La directora espiritual con la que me reuní al llegar a la adultez reconoció la importancia de este problema. Me guió en una visualización en la que Jesús me presentaba al Verdadero Padre. En mi oración e imaginación, “vi” a Jesús recibirme en la puerta de la sala del trono de Dios. Él abrió la puerta y me invitó a entrar. Caminé sobre una alfombra roja que cruzaba un suelo inmenso y reluciente. Luego llegué al pie de un trono enorme.

Sentado en el trono había un Padre muy grande. Esperaba encontrarme con una expresión severa. ¡Pero me estaba sonriendo! Entonces, con la voz más suave, me invitó a sentarme en Su regazo. ¿Cómo podría hacerlo? Era demasiado grande. Él se ofreció a levantarme, y cuando le di mi mano, de pronto se volvió muy accesible. Al instante siguiente, me acurrucó como a una hija amada. Pude sentir la tela de sus vestiduras reales. Pude sentir el calor de Su pecho contra mi mejilla. Pude sentir el amor en Su corazón. No había duda: yo era amada. Era Su niña querida.

Esa experiencia fue el comienzo de una amistad de padre e hija que no ha dejado de profundizarse desde entonces. Fue el primer paso en la sanación de mi imagen de la Paternidad de Dios. A lo largo del tiempo, ha habido muchos otros hitos en ese camino. Y sabiendo cuán importante es esto para todos, lo plasmé en un libro: El Corazón del Padre, disponible en tothefathersheart.com.

© 2025 por Terry A. Modica

P.S. Si ves a Dios Padre como un Castigador que siempre está pendiente de que cometas un error para castigarte y encerrarte en tu cuarto, estás creyendo en un dios falso. Cuando Jesús murió en la cruz por ti, Él tomó el castigo que merecías por tus pecados. Ahora, cuando el Padre te mira, ve tus pecados clavados en la cruz y te ve como la hermosa joya que Él diseñó para ser. Buenas Nuevas Católicas tiene un PalabrasVivas sobre esto: https://buenasnuevascatolicas.org/profundiza-tu-fe/falso-dios-castigador/

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