Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Cuando comprendemos la generosidad de Dios, nos damos cuentas qué verdaderamente ricos somos.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
18vo. Domingo del Tiempo Ordinario
Agosto 3, 2025
Oración para hoy:
Líbrame Señor de cualquier atadura con todo aquello que me impida tomar la libertad que Tú obtuviste para mí, con tu pasión, muerte y resurrección. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23
Salmo 90, (1) 3-6.12-14.17
Colosenses 3, 1-5.9-11
Lucas 12, 13-21
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080325.cfm
La riqueza de la generosidad de Dios
Cuando entendemos la generosidad de Dios, nos damos cuenta de lo ricos que realmente somos. Incluso si tenemos poco dinero en el banco, nuestras vidas son ricas en Dios — sintiéndonos protegidos y cuidados por Él, quién nos da abundancia de paz para poder transitar a través de las pruebas y batallas con sabiduría y fortaleza.
La generosidad de Dios también conduce a los bienes materiales. Toda bendición material que tenemos viene de Dios. Él nos la entrega a través de los talentos y habilidades que Él mismo nos ha dado. Lo que ganamos a través de nuestros propios esfuerzos proviene originalmente de los esfuerzos de Dios. Dios es la fuente de todo lo que es bueno en nuestras vidas.
Sin embargo, siempre hay un propósito que es más grande que nosotros, todo lo que viene de Dios está destinado a beneficiar a otros también. Somos los canales de la generosidad de Dios.
Cualquier cosa que tengamos y que nos negamos a compartir se convierte en causa de pecado. Sucumbimos al egoísmo, que es similar a la codicia. El problema con la codicia es que perjudica a otros, negándoles lo que Dios quiere compartir con ellos.
¿Qué nos hace vulnerables a este pecado? La autosuficiencia. Viene de pensar que podemos confiar solamente en nosotros mismos y en nuestros propios recursos en lugar de asociarnos con Dios en generosidad. Aun cuando reconocemos que Dios ha sido generoso con nosotros, la autosuficiencia dice que somos responsables de prevenir la pobreza por dar a otros.
Cuando protegemos nuestras vidas mediante el almacenamiento de bienes, otros sufren. En la lectura del Evangelio de este domingo, Jesús resalta ambas cosas, la codicia y la autosuficiencia, ya que son completamente contrarias a la personalidad de Dios.
La generosidad crece cuando entendemos que Dios es el proveedor de todo lo bueno y que seguirá proveyéndonos incluso cuando regalamos a otros lo que Él nos da a nosotros – y especialmente cuando damos lo que Él nos da. Piensa en lo que tienes en abundancia (ya sea dinero, gozo, sabiduría, lecciones aprendidas por la experiencia o…). Ahora mira a tu alrededor. ¿Cómo podrías ser tú la respuesta a las oraciones de alguna otra persona?
Cualquier cosa que esperamos tener ya pertenece a Dios y está destinada a ser compartida con otros. Este es el principal principio económico del reino de Dios. El Cuerpo de Cristo sólo prospera cuando hay un continuo intercambio de bienes, a esto le llamamos la comunión de los santos.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Qué es lo más difícil de compartir o regalar para ti? ¿Por qué te aferras a ello? ¿Qué temes que ocurrirá si lo regalas?
Preguntas para Compartir la Fe en Familia y en Comunidad:
¿Por qué nos sentimos más seguro confiando en nosotros mismos que en Dios? Da un ejemplo de la generosidad de Dios en tu propia vida. ¿Cómo haría (o hizo) la diferencia el compartir esto con otros?
Sigue meditando con nuestro podcast: “Ayudantes del Cielo” en https://footstepstoheaven.com/camino-al-cielo/vida-milagrosa/ayudantes-del-cielo/
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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