Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“La Gracia es el don sobrenatural de Dios, para ayudarnos a superar nuestra tendencia al pecado.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 29na. Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 25, 2023
Oración para hoy:
Señor, tú me atraes hacia ti y me llamas por mi nombre. Concédeme la gracia de estar atento en todo tiempo, trabajando fielmente según tu proyecto de amor. Amén.
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Lecturas de hoy:
Romanos 6, 12-18
Salmo 123, 1b-8
Lucas 12, 39-48
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102523.cfm
Por la gracia de Dios
San Pablo dice en la primera lectura de hoy que si nos ofrecemos a Dios, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros.
¿De veras? Entonces, ¿cómo es que sigo volviendo a caer en pecado? ¿Por qué me comporto de manera egoísta? ¿Por qué sigo haciendo las cosas hirientes que realmente no quiero hacer? (Tú también, ¿no?)
Es la gracia la que nos da el poder para resistir el pecado. Sin ella, fallamos repetidamente. Es por esto por lo que el Sacramento de la Reconciliación es extraordinariamente útil. Ya que esta vía de perdón es un Sacramento, recibimos más que el perdón: recibimos la gracia de Dios.
Sin embargo, si nos ofrecemos a Dios antes de pecar, nos ponemos en su gracia y recibimos su ayuda para resistir la tentación. La Santísima Madre fue capaz de evitar pecar porque estaba llena de gracia. La gracia es un don sobrenatural de Dios que nos ayuda a elevarnos por encima de nuestras tendencias pecaminosas.
Cuanto más nos parecemos a Cristo, más fácil se nos hace resistir la tentación. Sin embargo, la santidad es un camino difícil. Desear ser como Cristo no es suficiente para mantenernos sin pecar. Necesitamos la gracia sobrenatural.
La gracia nos da poder. Sin la gracia, somos esclavos del pecado que nos lleva a la muerte — la muerte de nuestras almas. Con la gracia elegimos el camino de la obediencia, haciendo lo que Dios quiere que hagamos porque lo amamos y queremos ser como él, en lugar de hacer lo que estamos tentados a hacer apartándonos de Dios. Al elegir ponernos bajo su autoridad benevolente, aceptamos el sagrado poder de nuestro Maestro Bueno y esto nos permite ser justos.
Rendirnos (ofrecernos a Dios) es el catalizador que convierte una tentación en una victoria. Por lo tanto, si me siento herido por una injusticia cometida contra mí y la ira vengativa comienza a dictar mi respuesta, puedo elegir hacer una pausa y ponerme bajo la gracia de Dios. Esto significa elegir ser misericordioso con los que me han tratado injustamente, orando por ellos y, si es apropiado, haciendo una buena acción por ellos, tratándolos mejor de lo que nos trataron. Bajo la gracia de Dios, puedo tomar este camino santo. Bajo la gracia de Dios, sin ira, puedo descifrar cómo quiere que haga justicia a la situación.
Rendición y obediencia detienen la tentación y evitan el pecado. Relacionarnos con los demás con gracia, aleja nuestra atención de sus pecados y nos ayuda a enfocarnos en cómo, el mismo Jesús, nos da el amor y la bondad que otros nos han negado.
Sólo bajo la gracia de Dios podemos, con éxito, hacer lo contrario de lo que estamos tentados a hacer. Sólo bajo la gracia de Dios somos capaces de salir victoriosos en nuestro camino de santidad. Por la gracia de Dios, vivimos en la justicia y cambiamos el mundo que nos rodea.
Reflexiona más sobre este tema usando nuestro PalabrasVivas: “¿Por qué debemos confesarnos si el amor de Dios es incondicional?” en https://buenasnuevascatolicas.org/preguntas-frecuentes/por-que-confesion/
© 2023 por Terry A. Modica
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