Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“La culpa nos dice la verdad sobre nosotros mismos y nos invita a crecer; la vergüenza nos miente y paraliza nuestro crecimiento.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 2da. Semana de Pascua
Abril 19, 2023
Oración para hoy:
Alabado seas, Padre, por amarme tanto y rescatarme por medio de Jesús. Que tu luz descubra mi pecado y junto a ti, pueda dar los buenos frutos que esperas de mí. Amén.
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Lecturas de hoy:
Hechos 5, 17-26
Salmo 33, 2-9
Juan 3, 16-21
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041923%2Ccfm
Viviendo libres de condenación
Nuestra lectura del Evangelio de hoy deja muy en claro una verdad que muchos de nosotros no creemos plenamente: Jesús no vino aquí para condenar a nadie. Sin embargo nos sentimos condenados cuando nos sentimos culpables de pecado. ¿Por qué es eso?
Es porque somos más duros con nosotros mismos que con los demás. En la superficie, parece que tenemos que hacer eso. Ser suaves con nosotros mismos (por ejemplo: “Estoy bien, yo realmente no estoy pecando.”) sería ser indulgente con uno mismo, y tiene sus raíces en el pecado de orgullo, ¿verdad? Sí, pero generalmente la razón por la cual la gente racionaliza que sus pecados realmente no son pecados es porque tienen miedo de sentirse condenados, que se traduce en no sentirse amado, que se traduce como que no son dignos de amar.
¿Has sido incapaz de perdonarte a ti mismo? ¿Tratas de encontrar tu felicidad en cómo otros te tratan porque no te sientes feliz contigo mismo? ¿Te sientes como si no tuvieras suficiente aprobación, pero cuando lo consigues, te sientes avergonzado e indigno?
Estos son resultados típicos de no entender el significado completo de esta escritura. Son las consecuencias normales de creer que no somos lo suficientemente buenos, no importa lo que hagamos.
Cuando pecamos, la culpa nos confirma que merecemos ser condenados. Cuando inocentemente cometemos un error, esto también parece confirmar que merecemos ser condenados, y así nos condenamos por cometer el error en lugar de verlo como una herramienta de aprendizaje. Y cada situación injusta, cruel, desagradable que nos sucede también nos provoca esta sensación de ser condenados.
La verdad es: fuiste liberado de la condenación cuando aceptaste la idea de que Cristo sacrificó su vida en la Cruz por ti.
Cuando pecamos, somos culpables de hacer algo malo y, cuando nos arrepentimos, volvemos a la libertad obtenida por Cristo. Pero demasiado a menudo la culpa se convierte en vergüenza, es decir, el sentimiento de que nosotros somos el mal, no debe ser confundido con “arrepentimiento”, el cual nos mueve a evitar cometer el mismo mal otra vez.
La culpa nos informa que hemos hecho algo mal, el arrepentimiento nos mueve a evitar el pecado, pero la vergüenza nos dice que nosotros somos el mal. La vergüenza continúa condenándonos mucho después de haber sido perdonados por Jesús. La culpa nos dice la verdad sobre nosotros, el arrepentimiento nos invita a crecer a partir de ella, pero la vergüenza nos miente y paraliza nuestro crecimiento.
La verdad es: no hay vergüenza en darse cuenta que hemos pecado, porque enfrentarlo nos libera para ser lo que realmente somos. ¿Quién eres tú realmente? Gracias a tu bautismo y a la presencia del Espíritu Santo de Cristo dentro de ti, ¡tú eres Santo!
El bien que hacemos es el ministerio terrenal de Cristo sirviendo al mundo de hoy a través nuestro. Como cristianos arrepentidos, vivimos en su luz y nuestras obras son vistas como hechas en Dios. Por lo tanto, Dios se deleita en ti. No dejes que la vergüenza esconda esta verdad.
© 2023 por Terry A. Modica
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