Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
La paz es el resultado de estar vivo en el Espíritu. La paz es la actividad del Espíritu dentro de nosotros.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Domingo de Pentecostés
Junio 8, 2025
Oración para hoy:
Alabado seas Jesús, porque nada ni nadie puede darnos la Paz que Tú nos das. Tu paz nos conforta y nos fortalece para seguir siendo Tus testigos hasta los confines de la tierra. ¡Gracias, Señor, por tu paz! Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Hechos 2, 1-11
Salmo 103, 1.24.29-31.34
1 Corintios 12, 3b-7.12-13 (o Romanos 8, 8-17)
Juan 20, 19-23 (o Juan 14, 15-16.23b-26)
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/060825-Day.cfm
Asociándonos a Jesús en el poder de su Espíritu
Juan 20, 19–23 es una de las dos posibles lecturas del Evangelio para el Domingo de Pentecostés. En ella, Jesús dice “la paz esté con ustedes” dos veces. Primero, le da a sus discípulos el don de la paz para que puedan sacar su atención de sus problemas, mirarlo a Él y reconocerlo parado en medio de ellos.
Luego lo repite, mientras les da la vocación de continuar con la misión que Él había comenzado. Esta vez, “la paz esté con ustedes” deberá ser el fruto de una vida vivida en el Espíritu Santo mientras sirven a Dios por el bien del mundo.
Una cosa es sentirnos en paz porque sabemos que Jesús está dentro de nosotros. Pero, es todo un desafío sentirnos en paz cuando hablamos a los demás acerca de Jesús, porque nos sentimos incapaces y abrumados y tenemos temor de ser perseguidos y rechazados. Por ello es que nos dio su Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nos da todo lo que necesitamos para hacer la obra que el Padre nos pide que hagamos y, así, no somos verdaderamente incapaces y Dios puede consolarnos cuando las personas nos rechazan.
Uno de los frutos de asociarnos con Jesús en el poder de su Espíritu es una paz interior que no depende de lo que sucede, ni de lo que otros nos hacen o dejan de hacernos, o de cómo responden a las Buenas Nuevas que compartimos con ellos. La paz es el resultado de estar vivos en el Espíritu. La paz es la actividad del Espíritu dentro de nosotros.
Al final de este pasaje del Evangelio, Jesús le da a los Apóstoles (los primeros sacerdotes católicos) la autoridad de perdonar los pecados en representación de su divina presencia. Está instituyendo el Sacramento de la Reconciliación que nos da a Jesús mismo en la forma de un sacerdote humano.
El mismo poder de perdón del Espíritu nos capacita a todos para experimentar la paz en un mundo pecador y tumultuoso. Aun cuando perdonar sea más que difícil, podemos hacerlo en el Espíritu de Cristo. Podemos perdonar a los que nos dañan incluso si nunca se arrepienten. Y esto es lo que restaura nuestra paz.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Qué está haciendo que te sientas falto de paz? ¿A quién debes perdonar en esas situaciones? Si ya has perdonado a todos y aún te falta la paz ¿necesitas perdonarte a ti mismo? ¿O a Dios? Considera la posibilidad de ir a un director espiritual o a un consejero para pedir ayuda para encontrar toda la paz que Jesús quiere que tengas.
Preguntas para Compartir la Fe en Familia y en la Comunidad:
Da un ejemplo sobre cómo la paz es fruto de una vida en el Espíritu Santo. ¿Qué otros frutos se obtienen al depender de Dios y asociarse al Espíritu?
Reflexiona más sobre este tema con nuestro PalabrasVivas: “‘No temas’ hablar de la verdad” en https://buenasnuevascatolicas.org/espiritusanto/no-temas-decir-la-verdad/
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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