Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Cualquier montaña difícil que hayas visto esta Navidad, ¡no es nada comparado con la grandeza de nuestro Señor!”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Fiesta de San Juan, Apóstol y evangelista
Diciembre 27, 2022
Oración para hoy:
Gracias Señor Jesús, porque en ti la vida cobra sentido. Tú venciste a la muerte y nos preparas la vida eterna por siempre junto al Dios uno y trino. Amén.
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Lecturas de hoy:
1 Juan 1, 1-4
Salmo 97 (96), 1-2.5-6.11-12
Juan 20, 1-8
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122722.cfm
¿Qué has ‘visto y oído’ de parte de Dios?
Vamos a usar la primera lectura de hoy como una meditación de Navidad.
¿Qué has “visto y oído” de Dios esta Navidad?
¿Cómo ha sido visible para ti la vida de Cristo?
¿De qué manera esta Navidad ha sido una experiencia de comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo?
No importa lo que salió mal esta Navidad–lo que salió mal, lo que fue frustrante, lo que probó tu fe o tu fuerza de carácter, lo que fue solitario o insatisfactorio, tú estabas en comunión con el niño Jesús y su Padre celestial.
Todo lo que fue bueno, correcto y una fuente de alegría, también ocurrió en la amistad de la maravillosa compañía de Dios.
¿Puedes ver las buenas nuevas en tu experiencia de tan Santa Comunión? ¿Puedes oír la presencia de Dios?
El Salmo responsorial de hoy nos invita a regocijarnos en el Señor. Dice que “las montañas se derriten como cera delante de Yavhé”. “Cualquiera que sea la montaña de dificultad que hayas visto esta Navidad (o cuando los problemas parecen insuperables), realmente no es nada (cero, nada) en comparación con la grandeza del Señor. Dale tiempo, que termine de armar el plan que está haciendo y serás testigo de cómo se derriten esas montañas. ¡Garantizado! ¡Es una promesa sagrada!
La Navidad es el tiempo de esperanza, paz y buena voluntad hacia todos; por lo tanto esperamos el ideal, pero estamos decepcionados por lo real. Queremos que la Navidad sea mejor que el resto del año. Sin embargo, Navidad es mucho más que un día de fiesta que sucede en las circunstancias externas. Es el nacimiento de una mayor fe en Jesús para que Dios, que nos ama inmensamente, pueda gozar de comunión con nosotros.
Esa es la única verdadera fuente de paz y buena voluntad. Es lo único verdaderamente real. Las montañas/problemas no son reales; sólo son temporales. La realidad superior es la comunión eterna de Dios con nosotros.
Es por eso que María Magdalena y los demás discípulos se entusiasmaron tanto por la tumba vacía en el pasaje del Evangelio de hoy. Otros que vieron la tumba vacía o se enteraron de la resurrección de Jesús tuvieron una reacción bastante opuesta. Los únicos que estaban contentos eran aquellos que habían dejado que su amistad con Cristo penetrara en una comunión interior.
Y eso, amigos míos, es la buena noticia de que la vida de Cristo se hace visible. ¡Y necesita ser proclamado! Como dijo San Juan, nuestra alegría se completa con el compartir las buenas nuevas con los demás.
Si nos limitamos a reflexionar sobre las buenas nuevas en privado, nuestros espíritus se levantan por un momento. Pero si buscamos a alguien que escuche mientras vocalizamos nuestras experiencias de comunión con el Señor, nuestros desagradecimientos y sentimientos de decepción son redimidos por el Salvador en la eterna alegría navideña.
Al compartir las buenas noticias, multiplicamos las buenas noticias. Somos bendecidos. Otros son bendecidos. Dios es bendecido.
Más sobre este tema en nuestro Estudio Bíblico: “El Libro del Apocalipsis – Comprendiendo su mensaje de aliento” en https://buenasnuevascatolicas.org/biblia-estudio/apocalipsis-mensaje/
© 2022 por Terry A. Modica
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