[ PalabrasVivas sobre Cuaresma ]
Lee Marcos 10, 32-40.
Aquí esta Jesús guiando a sus discípulos a Jerusalén. También está dirigiendo sus propios pies hacia la persecución más severa que jamás haya enfrentado. Tú y yo entraremos a Jerusalén el Miércoles de Ceniza. ¿Qué sacrificio estás haciendo para mejorar tu experiencia de Cuaresma? Así como Jesús supo qué sacrificio tendría que hacer, nosotros deberíamos discernir lo que Dios nos está llamando a hacer.
Se supone que los sacrificios hacen la diferencia. ¿Cuál es el punto de dejar los dulces para la Cuaresma si no nos lleva espiritualmente más cerca de Cristo?
A veces, Dios nos invita a añadir algo en lugar de renunciar a algo para la Cuaresma. Puede ser un gran sacrificio, por ejemplo, agregar un Rosario diario o la lectura de un libro sobre la vida de un Santo o un par de horas a la semana estar disponible para alguien que está necesitado. Si nos cambia, si nos acerca a Dios, si nos ayuda a amar a los demás más fácilmente, esto es caminar al lado de Jesús a través de Jerusalén al Calvario y luego al Domingo de Resurrección.
Sea lo que sea que elijas, no debe ser fácil. No hay valor en un viaje fácil hacia la Pascua. ¡Mira cómo Santiago y Juan querían hacerlo fácil! Ellos querían el privilegio de ser honrados con Jesús en Su Reino e intentaron el camino fácil para llegar allí – sólo lo pidieron.
¿Alguna vez te has preguntado por qué tus oraciones no fueron contestadas cuando le dijiste a Dios qué problema querías que Él solucionara? Dios no chasquea Sus dedos y hace que nuestros problemas desaparezcan – aunque pudiera. Más bien, Él nos toma de la mano y nos lleva más profundamente DENTRO del problema – ¿verdad?
No es que El quiera que suframos. El Padre no quería que Jesús, Su Hijo, sufriera pero era la única manera en que la humanidad podía ser redimida. Si tú y yo realmente queremos que nuestros problemas resulten bien y en alegría (en otras palabras, si realmente queremos que Dios redima las malas situaciones en nuestras vidas), tenemos que aceptar que la manera de llegar es a través de la cruz. Tenemos que estar dispuestos a soportar a las personas que están contribuyendo a nuestras dificultades y, al soportarlos, aprender paciencia y en el aprendizaje de la paciencia, desarrollar un amor incondicional por ellos y en el desarrollo del amor incondicional, unirnos más plenamente con Dios que es amor. Los beneficios superan con mucho los sufrimientos, pero ¡OH los sufrimientos, OH cómo los odiamos!
Jesús le dijo a Santiago y a Juan que para unirse a Él en la gloria del Reino, tendrían que beber de la copa del sufrimiento y ser bautizados en dolor. ¿Qué hace el bautismo? Nos hace renacer: ahoga nuestros pecados, vence nuestras naturalezas carnales y nos lleva a la vida plena en el Espíritu. Hacer sacrificios personales es un bautismo de dolor que nos da ese tipo de renacimiento.
No tenemos que salir a buscar dolor para tener este renacimiento. El sufrimiento que tienes ahora, en tu vida, es suficiente. ¿Estás tratando de deshacerte de él, o estás sosteniendo la mano de Jesús y caminando con Él al Calvario para que puedas ir con Él al gozo de la Resurrección donde el mal es conquistado?
¿Qué tal esta idea para tu sacrificio de Cuaresma? Escoge una (el crecimiento espiritual viene a paso de bebé – ¡no exageres!) situación problemática de tu vida y sacrifica tu deseo de deshacerte de la persona o personas involucradas en el problema.
(Una palabra de precaución: si estás en una relación abusiva, ¡esta NO es la situación que estás siendo llamado a soportar! Dios no quiere que este abuso continúe. Él no quiere que tú o tus hijos, o cualquier otra persona sea lastimada. Él te está invitando a escapar a un lugar seguro donde puedas insistir en que el abusador busque la ayuda profesional apropiada. Sólo después que ocurra un cambio real – la verdadera curación en ambos – debe ocurrir la reconciliación y la reunificación. Ahora volvamos al mensaje de hoy…)
Pasa esta Cuaresma haciendo bien a tu enemigo, encontrando maneras de transmitir amor a aquellos que están contribuyendo a tus problemas. Haz por lo menos una buena acción cada día por ellos, incluso si lo único que puedes hacer es orar por ellos.
Si este es el sacrificio cuaresmal que eliges, estarás bebiendo de la misma copa que Jesús bebió. Tú llevarás la cruz de la redención de Jesús con Él. Descubrirás, para Pascua, que nunca has estado más íntimamente con Jesús que ahora, porque estamos más cercanos a Él cuando nos unimos a Él en todo – incluyendo la cruz. Cuando excluimos la cruz, tratando de tomar el camino fácil, damos la espalda al Salvador que nos amó tanto que sufrió un dolor insoportable y una muerte horrible por nosotros.
Pero cuando abrazamos la cruz con Él, llegamos a las máximas alturas del verdadero amor.
© 2000 por Terry A. Modica
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