[ el Espíritu Santo ]
¿Se supone que debemos hacer silencio sobre las verdades de la Fe Católica cuando estamos con aquellos que han caído presa del pensamiento mundano y de las falsas enseñanzas de Satanás? Ellos no quieren oír la verdad. Quieren que creamos que no deberíamos decir la verdad porque podría herir sus sentimientos y enloquecerlos, incluso tal vez volverse violentos.
El sentimiento anticristiano se ha vuelto mucho más fuerte y obvio. Se nos regaña y condena y, a veces, incluso se nos golpea por no estar de acuerdo con los pecadores.
Pero Jesús nos dice: “No temas” decir la verdad. Incluso cuando podría haber repercusiones, no debemos temer. Si tenemos la actitud al estilo: “Sí, estoy dispuesto”, el Espíritu Santo nos da palabras y la paz sobrenatural y gozosa que lo hace fácil. El temor es siempre vencido por el Espíritu Santo.
Esto me sucedió (un ejemplo de muchos) cuando oí por casualidad a una amiga escuchando una meditación en video que era peligrosa para su alma. Mi amiga era cristiana pero no tenía una relación activa con el Espíritu Santo. Por tal motivo, le faltaba un buen discernimiento espiritual y había aceptado muchas de las enseñanzas del mundo, sin darse cuenta que estaba dañando su alma y su relación con Cristo.
Ella pensaba que la meditación simplemente le estaba ayudando a relajarse, pero la voz que guiaba la meditación estaba llevándola hacia la espiritualidad de la Nueva Era. Querían que creyera que la paz podía llegar a ella y a todo el mundo con el poder de su mente.
Preocupada por el bienestar de mi amiga, hice una oración rápida y en silencio y me sentí llamada a hablar. Interrumpí su meditación para conversar con ella al respecto. Le expliqué que, muy posiblemente, estaba invitando a demonios a su vida. Mi propia experiencia de años atrás en el ocultismo daban testimonio del tema. Le hablé sobre la diferencia entre una meditación Cristo-céntrica y la que ella estaba escuchando.
No le gustó escuchar esta verdad, pero recordé las palabras de Jesús: ‘”No temas” decir la verdad’, y el Espíritu Santo me dio palabras, una amabilidad compasiva en mi todo de voz, y una fuerte convicción de que la verdad debía ser compartida. Cuando terminé de decir lo que el Espíritu Santo me había inspirado, sentí que ya no debía decir nada más. Fue una conversación corta, no tenía sentido seguir insistiendo. Mi responsabilidad era ofrecer la verdad como si estuviera plantando una semilla importante. Le correspondía a Jesús que fertilizara y creciera.
Jesús dice en Mateo 10, 26-28: “Lo que les digo en la oscuridad del mundo de hoy, proclámenlo a la luz de mi Misericordia. Lo que la suave voz del Espíritu Santo les diga que proclamen, háganlo desde los tejados (es decir donde todos los que pasen puedan escucharlo). Y no teman a aquellos que podrían atacarlos, incluso matarlos, no pueden matar su alma; ¡irán directamente al Cielo!”
Para ser verdaderos seguidores de Cristo, necesitamos ser profetas dispuestos con la ayuda del Espíritu Santo, diciendo la verdad a aquellos que tienen los pensamientos del mundo y creen en las falsas enseñanzas de Satanás. Necesitamos ir más allá de nuestra inseguridad inicial y confiar en nuestro corazón, nuestras motivaciones y nuestras bocas para que el Espíritu Santo pueda obrar. Entonces experimentaremos la paz sobrenatural y gozosa del Espíritu Santo, quien siempre está listo para hacer que sea más fácil de lo que pensamos.
Pero date cuenta de lo siguiente: ya se han ido los días en que podíamos convencer a los no creyentes en la verdad sólo con explicarla. Hoy vivimos en un mundo donde los pecados se han multiplicado durante mucho tiempo, por lo que la influencia de los demonios es más fuerte que nunca. Los pecadores están, literalmente, esclavizados a las mentiras de que sus pecados están bien.
Lo que puedes hacer es realmente muy fácil: planta la verdad como semillas. No discutas. No quedes atrapado en debates. Sólo di lo que el Espíritu Santo pone pacíficamente en tu mente para que lo compartas y luego, en silencio, ora. Aunque muchas de las semillas caerán en tierra no fértil, Dios está trabajando su suelo usando las dificultades en sus vidas para llamar su atención. Tu llamado es a sembrar la verdad y regar las semillas con tu oración. Cristo hará el resto.
© 2020 por Terry A. Modica
San Pablo escribió: “Donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia” (Romanos 5, 20). ¿Qué nos dice esto sobre la reacción de Dios frente al aumento del pecado a nuestro alrededor?
lee también Cómo es el ‘Sí’ al espíritu santo >>
ve más PalabrasVivas en signos y prodigios >>
Para más riquezas, ve a nuestra página de inicio >>
El documento en PDF gratuito está disponible para tu uso personal. Para compartirlo con otros, por favor, invítalos a esta página.
Para obtener el documento con una Licencia para Uso Simple, por favor firma este contrato de acuerdo de copyright. Mira nuestra política de permisos de copyright.
Good News Ministries provee a los individuos mucho material edificador de la fe sin costo alguno. Tu apoyo ayudará a que este ministerio continúe.