[ ORACIONES ]
La oración conocida como Coraza de San Patricio es parte del Liber Hymnorum o El Libro de los Himnos, una colección de cuarenta himnos en latín e irlandés. Aunque ha sido adjudicada a San Patricio, el origen es incierto. La leyenda dice que San Patricio compuso la oración buscando la protección de Dios frente a las armas de los reyes paganos (Laoghaoire) que no querían que Patricio difundiera la cristiandad en Irlanda. Según esta historia, San Patricio y sus seguidores fueron transformados en venados por Dios, para que el ejército pagano no los encontrara.
Utiliza esta oración para tu protección y victoria en la batalla espiritual, especialmente la parte resaltada (en negrita).
Coraza de San Patricio
Me levanto hoy
por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
por medio de creer en sus Tres Personas,
por medio de confesar la Unidad,
del Creador de la creación.
Me levanto hoy
por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
por medio de la fuerza de su crucifixión y su sepulcro,
por medio de la fuerza de su resurrección y su ascensión,
por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de los querubines,
en la obediencia de ángeles,
en servicio de arcángeles,
en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
en oraciones de los patriarcas,
en palabras de profetas,
en prédicas de apóstoles,
en inocencia de santas vírgenes,
en obras de hombres de bien.
Me levanto hoy
por medio del poder del cielo:
la luz del sol,
el esplendor del fuego,
la rapidez del rayo,
la ligereza del viento,
la profundidad de los mares,
la estabilidad de la tierra,
la firmeza de la roca.
Me levanto hoy por medio de
la fuerza de Dios que me conduce,
el poder de Dios que me sostiene,
la sabiduría de Dios que me guía,
la mirada de Dios que me vigila,
el oído de Dios que me escucha,
la palabra de Dios que habla por mí,
la mano de Dios que me guarda,
el sendero de Dios tendido frente a mí,
el escudo de Dios que me protege,
las legiones de Dios para salvarme
de las trampas del demonio,
de las tentaciones de vicios,
de cualquiera que me desee el mal,
cercanos o lejanos,
solos o en multitud.
Invoco en este día
a todos estos poderes entre mí
y entre el malvado,
contra los despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
contra los conjuros de falsos profetas,
contra las negras leyes de los paganos,
contra las falsas leyes de los herejes,
contra las obras y fetiches de la idolatría,
contra los encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
contra cualquier conocimiento corruptor del cuerpo y del alma;
Cristo sé mi escudo hoy
contra el veneno, contra las quemaduras,
contra la sofocación, contra las heridas,
para que pueda recibir la recompensa en abundancia.
Cristo conmigo,
Cristo frente a mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
cristo al descansar,
Cristo al levantarme,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy
por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad
por medio de creer en sus Tres Personas,
por medio de confesar la Unidad,
del Creador de la Creación.
La salvación viene del Señor.
La salvación viene del Señor.
Cristo es la salvación.
Que tu salvación, Oh Señor, esté siempre con nosotros.
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